La primera máquina trilladora que realmente tuvo éxito fue la que inventó un mecánico escocés llamado Andrés Meikle, en 1786. Las máquinas de esta clase, sin embargo, apenas estuvieron en uso. Es menester llegar a 1840 para que las trilladoras comiencen a ser empleadas en gran escala.
¿Qué es la trilla?
La primera máquina trilladora que realmente tuvo éxito fue la que inventó un mecánico escocés llamado Andrés Meikle, en 1786. Las máquinas de esta clase, sin embargo, apenas estuvieron en uso. Es menester llegar a 1840 para que las trilladoras comiencen a ser empleadas en gran escala.
La Batalla de Lepanto
ORÍGENES DE LA BATALLA DE LEPANTO
LA Europa de la segunda mitad del siglo XVI vivía bajo el influjo de dos trascendentales acontecimientos: el descubrimiento de América y de las grandes rutas oceánicas, y la amenaza turca.
Los descubrimientos de los marinos portugueses y españoles habían despertado el interés de los sabios y geógrafos europeos y la codicia de diversos gobiernos, pero también habían trastornado la tradicional economía europea; en primer término, habían disminuido el papel de las ciudades comerciales del Mediterráneo, y afectado en gran parte su influencia política. La conquista de Constantinopla por los turcos (1453) no habla significado la terminación de una campaña, sino el comienzo de una nueva serie de invasiones, que amenazaban a los Balcanes primero y, todo parecía demostrarlo, a la Europa central íntegra después.
En efecto, se veía claro que si los turcos se consolidaban en los Balcanes y lograban poner el pie en la meseta de Bohemia (actual Checoslovaquia), podrían intentar con éxito la conquista de la llanura alemana y luego, hasta de Europa occidental. Examinado con criterio moderno, ello hubiera representado un considerable retraso para el progreso cultural y político europeo y universal, pero, aun desde el punto de vista de un gobernante del siglo XVI, hubiera sido un peligro no menos grave, el de la destrucción, en pocas décadas, de todo el sistema de Estados existente.
LA Europa de la segunda mitad del siglo XVI vivía bajo el influjo de dos trascendentales acontecimientos: el descubrimiento de América y de las grandes rutas oceánicas, y la amenaza turca.
Los descubrimientos de los marinos portugueses y españoles habían despertado el interés de los sabios y geógrafos europeos y la codicia de diversos gobiernos, pero también habían trastornado la tradicional economía europea; en primer término, habían disminuido el papel de las ciudades comerciales del Mediterráneo, y afectado en gran parte su influencia política. La conquista de Constantinopla por los turcos (1453) no habla significado la terminación de una campaña, sino el comienzo de una nueva serie de invasiones, que amenazaban a los Balcanes primero y, todo parecía demostrarlo, a la Europa central íntegra después.
En efecto, se veía claro que si los turcos se consolidaban en los Balcanes y lograban poner el pie en la meseta de Bohemia (actual Checoslovaquia), podrían intentar con éxito la conquista de la llanura alemana y luego, hasta de Europa occidental. Examinado con criterio moderno, ello hubiera representado un considerable retraso para el progreso cultural y político europeo y universal, pero, aun desde el punto de vista de un gobernante del siglo XVI, hubiera sido un peligro no menos grave, el de la destrucción, en pocas décadas, de todo el sistema de Estados existente.
¿Cómo sobreviven las plantas en el frío?
Las plantas que crecen en lugares fríos como las pendientes de las altas montañas, en el Ártico o en la Antártida, enfrentan dos problemas: las heladas y los fuertes vientos.
La planta edelweiss, o estrella de plata, crece en las laderas de los Alpes, en Europa. Sus flores y hojas son peludas para atrapar el calor del sol y evitar secarse por el viento.
Otras plantas de los Alpes sobreviven de una manera aún más inusual. Producen y emanan calor suficiente como para derretir la nieve de una pequeña área a su alrededor, lo que les permite crecer en el suelo congelado.
Muchas plantas de montaña crecen agrupadas, en forma de alfombras casi planas, para protegerse del frío y del viento. En algunos lugares, árboles como los sauces enanos y pinos alcanzarían apenas tus rodillas.
La planta edelweiss, o estrella de plata, crece en las laderas de los Alpes, en Europa. Sus flores y hojas son peludas para atrapar el calor del sol y evitar secarse por el viento.
Otras plantas de los Alpes sobreviven de una manera aún más inusual. Producen y emanan calor suficiente como para derretir la nieve de una pequeña área a su alrededor, lo que les permite crecer en el suelo congelado.
Muchas plantas de montaña crecen agrupadas, en forma de alfombras casi planas, para protegerse del frío y del viento. En algunos lugares, árboles como los sauces enanos y pinos alcanzarían apenas tus rodillas.
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