Durante seis años, la pareja de investigadores ha analizado la evolución del estado de salud de 29,132 hombres finlandeses. A la mitad de ellos se les invitó a que tomaran a diario 50 miligramos de vitamina E en cápsulas. Al resto, se les facilitó un placebo: cápsulas con azúcar.
Albanes y Heinonen se quedaron sorprendidos al comprobar que, entre los hombres que tomaron vitamina E, el riesgo de sufrir cáncer de próstata era un 32 por 100 inferior. También la mortalidad por este tumor, que en México fue responsable del deceso de 13,029 varones entre 1990 y 1994, era mucho mas baja.
La acción antitumoral de la vitamina E es poco conocida, como reconocen los autores del trabajo. No obstante, los científicos saben que la vitamina E, que se encuentra de forma natural en alimentos como las nueces, la margarina, las alubias secas y los cereales de grano entero, es un potente agente antioxidante, es decir, que protege al organismo -y en concreto al ADN- del ataque de los nocivos radicales libres.