La primera máquina trilladora que realmente tuvo éxito fue la que inventó un mecánico escocés llamado Andrés Meikle, en 1786. Las máquinas de esta clase, sin embargo, apenas estuvieron en uso. Es menester llegar a 1840 para que las trilladoras comiencen a ser empleadas en gran escala.
La trilla en una granja moderna es una operación por demás interesante. En un día caluroso del verano, la trilladora funciona por medio de una máquina de vapor o un tractor de gasolina; emprende torpemente su marcha de un lado para otro; pronto se deja sentir un zumbido y un trepidar incesante que anuncian que el trabajo comenzó, y la parva desaparece rápidamente en las fauces del monstruo mecánico. Dos hombres se ocupan de ordenar y empujar las gavillas. Agudos cuchillos cortan automáticamente el atadijo que sujeta las gavillas, y las espigas se desgranan entre los dientes de un cilindro que gira rápidamente y desprende los granos de su cascara o cubierta. Los batidores, el zarandeador de la paja y el ventilador son la causa del estruendo típico de esta operación.
La cascara y la paja se separan por medio de cernedores y ventiladores que sirven para aventar. El grano es medido automáticamente y encerrado en sacos, cargado en vagones o transportado a los elevadores. La cascara y la paja pasan por un grueso tubo hasta formar un gran montón. Algunas máquinas distribuyen la paja por tamaños: la larga, en un montón, la corta, en otro, y las piedrecitas, tierra y otros residuos que acompañan a la mies, en otro.
Más prácticas aún son las máquinas que realizan simultáneamente la siega y la trilla; reúnen los mecanismos de la segadora y la trilladora, por lo que se llaman de combinación y también segadoras-trilladoras. Consisten sencillamente en una trilladora que se monta sobre una segadora movible; de este modo, se realizan las dos operaciones simultáneamente. El grano limpio, exactamente igual a como sucede en las demás trilladoras, se recoge en bolsas o sacos; la paja cae hacia la parte posterior de la máquina, y se amontona y empaca en una operación independiente.
La trilladora puede adaptarse a diferentes cereales y legumbres; hay máquinas especiales para trillar arroz, cacahuates (maní) y frijol. Debido a su costo y al corto tiempo que anualmente son empleadas por los agricultores, generalmente, se alquilan para el tiempo en que se necesitan, o se forman cooperativas para usarlas.
La trilla, según acabamos de ver, tiene por finalidad separar el grano de la paja, en casi todos los cereales, y en algunas leguminosas, las semillas; en ciertas regiones y países, la paja se utiliza para el alimento del ganado o para cama del mismo.