John Tyndall

  Thomas H. Huxley y John Tyndall fueron los primeros hombres de estudio que inten­taron con singular fortuna la divulgación científica en los países de habla inglesa. Estos dos sabios mos­traron que los fenómenos naturales y los principios fundamentales de la ciencia son tan maravillosos y sugestivos como el cuento de hadas más entreteni­do y fantástico.
   Ambos eran grandes difusores de la cultura cien­tífica entre las masas populares; Huxley, con su formación de médico, se dedicó a la Biología, y Tyn­dall, nacido en Leighlin Bridge, condado de Carlow, Irlanda, casi un autodidacto, que en su juventud había sido conductor de locomotoras, se dedicó a la Física; influyeron grandemente en él sus relaciones juveniles con Faraday, de quien fue compañero como profesor de Filosofía Natural en la British Royal Institution. Tyndall hizo originales investigaciones sobre muchas cuestiones científicas, como el movi­miento y progreso de los glaciares, el comportamien­to de los vapores y gases en la radiación del calor, el calor radiante y las circunstancias que determinan la opacidad del aire para el sonido, que coinciden con la que produce la opacidad óptica. Su desinte­rés fue demostrado cuando al terminar su gira de conferencias en el Nuevo Mundo (1872-1873), cedió todo el dinero que ganó en beneficio de la ciencia ame­ricana.
   Entre Los escritos más conocidos de Tyndall, se cuentan: El calor, considerado como una forma del movimiento; Cuestiones referentes a distintos temas científicos para gente no científica; Los estados del agua en las nubes, en los ríos, en el hielo y en los glaciares; Seis conferencias sobre la lúa, dadas en América.

¿Cómo las plantas producen su alimento?

   Las plantas necesitan luz solar, agua y aire para producir su propio alimento. Durante el día, la clorofila de las hojas absorbe la luz del sol. La energía absorbida le sirve para combinar el anhídrido carbónico del aire y el agua del suelo y convertirlo en un alimento dulce, la glucosa. Las plantas liberan oxígeno al aire como desecho, aunque parte de él lo usen para respirar. Este proceso se llama fotosíntesis. Las plantas pueden almacenar su alimento y usarlo cuando lo necesitan.
   Los animales y las personas aprovechan esta habilidad de las plantas de producir su propio alimento ya que comen muchas especies de plantas y a la vez las reservas de alimento que ellas contienen.

¿Eran los celtas grandes guerreros?

   "Los celtas están siempre prontos para la lucha: ellos prefieren la guerra sobre todas las cosas." Así dejó escrito el gran geógrafo griego Estrabón (año 60 antes de Cristo - 24 después de Cristo). Las excavaciones arqueológicas han confirmado el juicio dado por Estra­bón. Efectivamente, armas (espadas, puñales, lanzas, flechas) y arma­duras (yelmos, escudos, etc.) constituyen la mayor parte del material hallado en las tumbas de los celtas.
   Los legionarios de César, que lucharon con los galos y los bretones, tuvieron oportunidad de probar el excepcional espíritu belicoso de aquellas poblaciones célticas, que se arrojaban al asalto corriendo a ciegas y lanzando gritos salvajes. Su típico armamento consistía en uno espada de hierro y en una o dos lanzas también de hierro. Generalmente los guerreros celtas estaban provistos también de un corto puñal, que era usado en la lucha cuerpo a cuerpo. Los grandes escu­dos de madera o de bronce eran los únicos medios de defensa de que disponían durante el combate.
   El yelmo y las corazas de bronce estaban reservados para los jefes. Éstos generalmente combatían sobre un carro de guerra de dos rue­das, tirado por un par de caballos. Los celtas tenían la costumbre de decapitar a los prisioneros y de izar las cabezas sobre largas astas de madera para amedrentar al enemigo durante la batalla.
Para defender sus aldeas, construían fortalezas de piedra.
   No debe creerse, sin embargo, que los celtas fueron solamente guerreros; también eran óptimos agricultores y hábiles artesanos.