Thomas H. Huxley y John Tyndall fueron los primeros hombres de estudio que intentaron con singular fortuna la divulgación científica en los países de habla inglesa. Estos dos sabios mostraron que los fenómenos naturales y los principios fundamentales de la ciencia son tan maravillosos y sugestivos como el cuento de hadas más entretenido y fantástico.
Ambos eran grandes difusores de la cultura científica entre las masas populares; Huxley, con su formación de médico, se dedicó a la Biología, y Tyndall, nacido en Leighlin Bridge, condado de Carlow, Irlanda, casi un autodidacto, que en su juventud había sido conductor de locomotoras, se dedicó a la Física; influyeron grandemente en él sus relaciones juveniles con Faraday, de quien fue compañero como profesor de Filosofía Natural en la British Royal Institution. Tyndall hizo originales investigaciones sobre muchas cuestiones científicas, como el movimiento y progreso de los glaciares, el comportamiento de los vapores y gases en la radiación del calor, el calor radiante y las circunstancias que determinan la opacidad del aire para el sonido, que coinciden con la que produce la opacidad óptica. Su desinterés fue demostrado cuando al terminar su gira de conferencias en el Nuevo Mundo (1872-1873), cedió todo el dinero que ganó en beneficio de la ciencia americana.
Entre Los escritos más conocidos de Tyndall, se cuentan: El calor, considerado como una forma del movimiento; Cuestiones referentes a distintos temas científicos para gente no científica; Los estados del agua en las nubes, en los ríos, en el hielo y en los glaciares; Seis conferencias sobre la lúa, dadas en América.