¿Qué es la loza?

   Es el tipo de cerámica más corriente; muchos utensilios domésticos son de loza. Se la llama también "porcelana opaca". Con arcilla cocida a unos 800 grados se obtienen unos recipientes porosos que, seguidamente, se recubren con una película de vidrio.
   Las vajillas de loza son de uso corriente. Una vez cocida, la arcilla gris da la loza blanca, y la amarilla, la loza roja. En nuestros días, los platos, tazas y fuentes de las vajillas se fabrican a máquina y, posteriormente, son decorados por operarios especializados mediante el estarcido o la calcomanía. La loza de mejor calidad sufre tres cocciones; la más ordinaria, solo dos: la de la tierra y la del esmalte.

El arte de la cerámica

   Las cerámicas son objetos de tierra cocida. La palabra "cerámica" también puede referirse al arte de fabricarlas: elección y preparación de la tierra, modelado y secado, cocción, decoración y esmaltado.
   El hombre primitivo conocía ya el arte de la alfarería y fabricaba diversos objetos de uso doméstico. Por otra parte, la alfarería antigua desempeñó un papel decorativo: los griegos daban el nombre de "cerames" a los magníficos jarrones decorados de los cuales solo nos han llegado algunas muestras. En nuestros días, la cerámica ha experimentado un gran auge. Además de objetos de porcelana y mayólica. los artesanos de muchas regiones del mundo producen cerámicas de formas típicas y de esmaltado de diversa coloración, cuyo secreto de fabricación guardan celosamente.


Las epidemias

    Las enfermedades son provocadas por los microbios. Si el contagio alcanza, a la vez, a muchos enfermos de una misma región, es que existe una epidemia. Las grande epidemias son auténticas catástrofes.

   Ciertas enfermedades contagiosas pueden provocar epidemias si no se han tornado las más elementales precauciones (que además son obligatorias): desinfección del enfermo, de su ropa interior, de las personas que con el conviven y, en caso necesario, aislamiento del contagioso. Los terremotos, las guerras, las inundaciones, al hacer imposible la aplicación de medidas inmediatas de higiene, pueden desencadenar epidemias mortales: cólera, tifus, peste. fiebre amarilla, etc. En 1918, la gripe ocasionó en Europa mas de un millón de muertes.

Aunque por su etimología griega (Demos significa pueblo), la palabra epidemia se aplica originalmente a las enfermedades que afectan a los humanos, es de uso frecuente también en el lenguaje cotidiano para hablar de las enfermedades que afectan a grupos de animales (zoonosis).