Es el tipo de cerámica más corriente; muchos utensilios domésticos son de loza. Se la llama también "porcelana opaca". Con arcilla cocida a unos 800 grados se obtienen unos recipientes porosos que, seguidamente, se recubren con una película de vidrio.
Las vajillas de loza son de uso corriente. Una vez cocida, la arcilla gris da la loza blanca, y la amarilla, la loza roja. En nuestros días, los platos, tazas y fuentes de las vajillas se fabrican a máquina y, posteriormente, son decorados por operarios especializados mediante el estarcido o la calcomanía. La loza de mejor calidad sufre tres cocciones; la más ordinaria, solo dos: la de la tierra y la del esmalte.