¿Poseen las plantas esqueleto?


   Los animales tienen esqueleto que sirve para proporcionar cierta rigidez a su cuerpo. En las plantas, la rigidez la da la ma­dera, constituida por el conjunto de vasos que conducen la savia. En las plantas herbáceas no es suficiente el apoyo de la ma­dera y cierto número de dispositivos toman su lugar: Las plantas labiadas tienen cuatro engrosamientos que forman ángulos y dan al tallo estructura cuadrada; estos engrosamientos los forman depósitos de celulosa en ciertas células. Entre las gramíneas hay plantas como el bambú que pueden al­canzar 25 m de altura, y su tallo es hueco (un tallo hueco tiene más rigidez que uno macizo).

Agua para el Yermo


   Si en un clima cálido la precipitación pluvial es menor de 50 centímetros al año, la tierra no puede ser cultivada, pues la mayoría de las siembras necesi­tan riego suficiente. Aunque tales re­giones estén a cientos de kilómetros de un río, producirán ricas cosechas si se recurre a los modernos métodos de la ingeniería. Una sola presa en el Río Yangtzé, en China, sirve para regar cuatro millones de hectáreas de tierra árida. Muchos proyectos de irrigación, como el del Valle Central, en California, reciben agua por conducto de amplios canales de hormigón. A veces el agua es trasportada por tube­rías o por acueductos de piedra.
   Cerca de la mitad del agua que se usa en los Estados Unidos se dedica a la irrigación. La construcción de siste­mas de riego ha abierto al cultivo unos tres millones de hectáreas. Pero la irri­gación crea también un grave problema. Cerca del 97 por ciento del agua desti­nada a viviendas y fábricas vuelve a los ríos y puede ser purificada y vuel­ta a usar. Pero en la irrigación, casi toda el agua se pierde por evaporación, traspiración de las plantas y filtra­ción en los lechos de los canales que no están recubiertos de hormigón.

¿Cuánto frío y calor podemos aguantar?

   El cuerpo humano es un organismo de sangre caliente, esto es, guarda una temperatura constante (en prome­dio unos 36.5 °C), que mantiene a base de procesos metabólicos y vasculares. Esto lo diferencia de los seres de sangre fría, cuya temperatura se adapta a la del ambiente donde se encuentran. Por eso, en condiciones extremas el ser humano puede padecer el llamado 'golpe de calor' o, por el contrario, hipotermia. Cuando el ambiente impide que el metabolismo logre la compensación necesaria y la temperatura corporal cae por debajo de 28 °C, la persona pierde la conciencia y fallece. La exposición de los tejidos a temperaturas bajo cero puede causar su congelación y necro­sis. Por otra parte, cuando la temperatura del organismo se eleva a más de 42 °C, puede venir un síncope con severas consecuencias neurológicas y el riesgo inminente de morir.
   Los intrépidos excursionistas que viajan a la Antártida deben protegerse embargo, las personas que caen en agua gélida morirán por hipotermia a los 10 o 15 minutos de inmersión, de acuerdo con su constitución física. En contraparte, es posible soportar el calor de los desiertos, que sobrepasa los 60 °C, si las personas se mantienen bien hidratadas bebiendo líquidos para compensar los electrolitos que se pierden a través del sudor.