¿Quiénes eran los Caballeros de la Tabla Redonda?

Uno de los personajes más atracti­vos de la historia de Inglaterra es sin duda el legendario rey Arturo, del cual hemos llegado a saber vida y milagros a pesar de que segura­mente no existió jamás. Todas las leyendas referentes a este rey ejemplar están probablemente basadas en la vida de un individuo real, un guerrero, que a principios del siglo VI dirigió a los ejércitos bri­tánicos que se consideraban pose­edores de la ciudadanía romana, contra los invasores anglosajones capitaneados por un tal Medraut. Ambos líderes murieron en la ba­talla de Camlann.

Nariz que crea electricidad


   Parece increíble, pero un grupo de investigadores encabeza­dos por el profesor Xudong Wang creó electricidad a partir de una nariz, es decir, logró que la respiración humana se convirtiera en una fuente de poder. Para ello, creó un microcinturón de plástico que vibra cuando un flujo de aire de baja velocidad -como la respiración- lo roza. El mate­rial empleado fue polifluoruro de vinílideno y, a largo plazo, se espera que este invento pue­da optimizarse hasta lograr generar suficiente energía eléctrica, como para posibilitar el funcionamiento de disposi­tivos electrónicos pequeños.

El mundo de los virus

LOS VIRUS


HACIA la mitad del siglo pasado, Luis Pasteur demostró que muchas enfermedades infecciosas eran causadas por mi­croorganismos. A estos elementos, se les ha dado el nombre de bacterias (del griego "bahteria", bastón). Se descubrió que eran pequeñísimos seres vivientes, unicelulares. Desde entonces, todas las enfermedades infecciosas comenzaron a ser estudiadas para individualizar el germen que las producía y en­contrar la forma de combatirlas. Pero, en cierto número de ellas, los hombres dedicados a estas ciencias no pudieron descubrir su origen. Observando al microscopio una partícula de sustancia infecciosa, no se conseguía hallar germen alguno. Evidentemente, se trataba de elementos mucho más pequeños que las bacterias; en efecto, mien­tras éstas eran retenidas por los filtros de porcelana, los misteriosos gérmenes invisibles podían pasar, incluso, por los pequeños poros no visibles ni con el microscopio. Estos gérmenes fueron llamados virus (veneno) y más tarde, observados con el microscopio electrónico.