Parece increíble, pero un grupo de investigadores encabezados por el profesor Xudong Wang creó electricidad a partir de una nariz, es decir, logró que la respiración humana se convirtiera en una fuente de poder. Para ello, creó un microcinturón de plástico que vibra cuando un flujo de aire de baja velocidad -como la respiración- lo roza. El material empleado fue polifluoruro de vinílideno y, a largo plazo, se espera que este invento pueda optimizarse hasta lograr generar suficiente energía eléctrica, como para posibilitar el funcionamiento de dispositivos electrónicos pequeños.