- La y, tiene en nuestro idioma dos nombres: ye e i griega, aunque en realidad su origen es egipcio.
- El apodo de griega se lo pusieron los latinos, quienes la tomaron de los griegos para escribir palabras de origen helénico.
- Inicialmente en español era indistinto escribir con i o con y (Isabel o Ysabel), pero a partir del siglo XVI comienzan a aparecer defensores y detractores de una y otra letra.
- En la Edad Media la letra "Y" se usó con otras letras como parte de un sistema numeral, donde se le asignaba el valor de 150, mientras que una "Y" con una raya encima representaba 150.000.
- La y es la coprotagonista de un error llamado yeísmo que el diccionario define como el defecto que consiste en pronunciar la letra elle como ye. El yeísmo es una particularidad fonética muy generalizada en el sur de España.
- Existen dos lugares cuyo nombre es simplemente "Y", uno es una pequeña población que está en Alaska y el otro es una comunidad en el departamento de Somme, en Francia.
Curiosidades sobre la letra Y
¿Qué árboles eran considerados sagrados en la antigüedad?
La Biblia habla de dos árboles sagrados en el Jardín del Edén, el Árbol de la Vida y el Árbol del Conocimiento. A Adán y Eva se les permitía comer del fruto de cualquier árbol en el Jardín del Edén, excepto la fruta del árbol del conocimiento, ya que Dios no quería que obtuvieran el conocimiento del bien y del mal.
Los antiguos egipcios creían que los dioses vivían en los árboles sicomoros en la frontera entre este mundo y el siguiente. Era en estos árboles que los dioses les daban de comer y beber a las almas que viajaban de este mundo al otro.
Para los persas, el ciprés era el hogar de un dios.
Los budistas de la India consideran sagrado al árbol bo. El árbol bo es una higuera que crece 30 metros de altura y tiene enormes ramas extendidas. Los budistas creen que mientras Siddhārtha Gautama estaba meditando bajo una de estas higueras, recibió un conocimiento celestial que lo convirtió en Buda.
Entre los griegos, el laurel estaba consagrado al dios Apolo, el olivo, a la diosa Atenea, y el roble, al dios Zeus. De hecho, la mitología griega contiene muchas historias sobre los árboles. Uno de los mitos griegos más famosos es sobre Filemón y Baucis (que fueron los únicos en Frigia que dieron hospedaje a Zeús y Hermes). Eran una pareja que se amaba tanto que Zeus hizo algo especial para ellos cuando murieron el mismo día. Transformó a Filemón en un roble, mientras a Baucis que estaba a su lado, la convirtió en un árbol de tilo. En la parte superior, las ramas de este par de árboles estaban entrelazadas, como si los dos estuvieran abrazados.
Los antiguos egipcios creían que los dioses vivían en los árboles sicomoros en la frontera entre este mundo y el siguiente. Era en estos árboles que los dioses les daban de comer y beber a las almas que viajaban de este mundo al otro.
Para los persas, el ciprés era el hogar de un dios.
Los budistas de la India consideran sagrado al árbol bo. El árbol bo es una higuera que crece 30 metros de altura y tiene enormes ramas extendidas. Los budistas creen que mientras Siddhārtha Gautama estaba meditando bajo una de estas higueras, recibió un conocimiento celestial que lo convirtió en Buda.
Entre los griegos, el laurel estaba consagrado al dios Apolo, el olivo, a la diosa Atenea, y el roble, al dios Zeus. De hecho, la mitología griega contiene muchas historias sobre los árboles. Uno de los mitos griegos más famosos es sobre Filemón y Baucis (que fueron los únicos en Frigia que dieron hospedaje a Zeús y Hermes). Eran una pareja que se amaba tanto que Zeus hizo algo especial para ellos cuando murieron el mismo día. Transformó a Filemón en un roble, mientras a Baucis que estaba a su lado, la convirtió en un árbol de tilo. En la parte superior, las ramas de este par de árboles estaban entrelazadas, como si los dos estuvieran abrazados.
¿Cómo saben los árboles hacia donde crecer?
Los árboles crecen allí donde está la luz, y necesitan la luz con el fin de seguir creciendo. Como la mayoría de las plantas, los árboles crecen de semillas y tienen raíces, tallos y hojas.
La semilla entierra sus raíces en el suelo de donde toma agua y minerales para crecer. La semilla busca más profundidad, envía nuevas raíces en todas las direcciones con el objeto ede encontrar el agua y los minerales que necesita.
Después de que la raíz se ha establecido, un tallo empieza a crecer hacia la superficie buscando la luz. El tallo transporta agua y minerales para formar las ramas, hojas y eventualmente los frutos.
La incesante ramificación y producción de hojas es necesaria, ya que son las hojas las que producen los nutrientes necesarios por medio de la luz solar. Sin semillas, tierra, agua y sol, los árboles no crecerían.
Algunas Secuoyas (que tienen más de 4.000 años de antigüedad y una altura superior a los 100 metros), ¡todavía siguen creciendo en el oeste de los Estados Unidos!
La semilla entierra sus raíces en el suelo de donde toma agua y minerales para crecer. La semilla busca más profundidad, envía nuevas raíces en todas las direcciones con el objeto ede encontrar el agua y los minerales que necesita.
Después de que la raíz se ha establecido, un tallo empieza a crecer hacia la superficie buscando la luz. El tallo transporta agua y minerales para formar las ramas, hojas y eventualmente los frutos.
La incesante ramificación y producción de hojas es necesaria, ya que son las hojas las que producen los nutrientes necesarios por medio de la luz solar. Sin semillas, tierra, agua y sol, los árboles no crecerían.
Algunas Secuoyas (que tienen más de 4.000 años de antigüedad y una altura superior a los 100 metros), ¡todavía siguen creciendo en el oeste de los Estados Unidos!
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