¿Qué árboles eran considerados sagrados en la antigüedad?

La Biblia habla de dos árboles sagrados en el Jardín del Edén, el Árbol de la Vida y el Árbol del Conocimiento. A Adán y Eva se les permitía comer del fruto de cualquier árbol en el Jardín del Edén, excepto la fruta del árbol del conocimiento, ya que Dios no quería que obtuvieran el conocimiento del bien y del mal.

Los antiguos egipcios creían que los dioses vivían en los árboles sicomoros en la frontera entre este mundo y el siguiente. Era en estos árboles que los dioses les daban de comer y beber a las almas que viajaban de este mundo al otro.

Para los persas, el ciprés era el hogar de un dios.

Los budistas de la India consideran sagrado al árbol bo. El árbol bo es una higuera que crece 30 metros de altura y tiene enormes ramas extendidas. Los budistas creen que mientras Siddhārtha Gautama estaba meditando bajo una de estas higueras, recibió un conocimiento celestial que lo convirtió en Buda.

Entre los griegos, el laurel estaba consagrado al dios Apolo, el olivo, a la diosa Atenea, y el roble, al dios Zeus. De hecho, la mitología griega contiene muchas historias sobre los árboles. Uno de los mitos griegos más famosos es sobre Filemón y Baucis (que fueron los únicos en Frigia que dieron hospedaje a Zeús y Hermes). Eran una pareja que se amaba tanto que Zeus hizo algo especial para ellos cuando murieron el mismo día. Transformó a Filemón en un roble, mientras a Baucis que estaba a su lado, la convirtió en un árbol de tilo. En la parte superior, las ramas de este par de árboles estaban entrelazadas, como si los dos estuvieran abrazados.

¿Cómo saben los árboles hacia donde crecer?

Los árboles crecen allí donde está la luz, y necesitan la luz con el fin de seguir creciendo. Como la mayoría de las plantas, los árboles crecen de semillas y tienen raíces, tallos y hojas.

La semilla entierra sus raíces en el suelo de donde toma agua y minerales para crecer. La semilla busca más profundidad, envía nuevas raíces en todas las direcciones con el objeto ede encontrar el agua y los minerales que necesita.

Después de que la raíz se ha establecido, un tallo empieza a crecer hacia la superficie buscando la luz. El tallo transporta agua y minerales para formar las ramas, hojas y eventualmente los frutos.

La incesante ramificación y producción de hojas es necesaria, ya que son las hojas las que producen los nutrientes necesarios por medio de la luz solar. Sin semillas, tierra, agua y sol, los árboles no crecerían.

Algunas Secuoyas (que tienen más de 4.000 años de antigüedad y una altura superior a los 100 metros), ¡todavía siguen creciendo en el oeste de los Estados Unidos!

¿Cómo se hace el jabón?

El jabón es un producto que se hace calentando aceites animales o vegetales con un alcalino, como la ceniza. Eso produce, además del jabón, uno sustancia llamada glicerina. En una fábrica se elimina la glicerina y se seca el jabón antes de añadirle perfume y colorante. Después, el jabón se corta, se moldea y se envuelve: esas son los pastillas que compramos en el mercado.

El nacimiento del jabón como artículo de limpieza tuvo lugar hace varios milenios. Los sumerios, 3000 años a.C. ya fabricaban el jabón; hervían diversos álcalis juntos y utilizaban su residuo para lavarse. Los antiguos egipcios ya utilizaban un producto jabonoso que consistía en una mezcla de agua, aceite y ceras vegetales o animales, fórmula que fue utilizada también por los griegos y los romanos, estos últimos los cuales conocieron una forma de jabón particularmente a través de los galos. Plinio el Viejo, historiador romano, menciona un ungüento de ceniza de haya y grasa de cabra que los galos utilizaban como untura para el cabello. Galeno menciona el jabón usado específicamente para el lavado en el siglo II.