Nadie sabe quién descubrió que algunos animales salvajes podían ser domesticados y criados. Sabemos que el descubrimiento se produjo en los días en que la mayoría de las herramientas y armas aún se fabricaban de piedra. Aproximadamente al mismo tiempo que los animales fueron domesticados por primera vez, las plantas también lo fueron. La doma de animales y plantas era importante por varias razones. Una gran razón era que la gente ya no tenía que pasar la mayor parte de su tiempo buscando comida.
Pensar en una gran ciudad como Nueva York nos ayuda a ver lo importante que era descubrir que los animales y las plantas podían ser criados para la alimentación. Imagina a todos los millones de personas en Nueva York que empiezan por la mañana a cazar ciervos o conejos y a recoger raíces y bayas!
Pero no todos nuestros animales domésticos fueron domesticados para proveer comida. No comemos perros y gatos. No nos proporcionan leche para que la usemos. Probablemente fueron domados primero para ser compañeros. Más tarde, los perros ayudaron con la cacería y aprendieron a proteger la propiedad. Con el tiempo, algunos fueron entrenados para tirar de trineos o carretas, y mucho más tarde para actuar como ojos para las personas ciegas. Los gatos llegaron a ser queridos por su ayuda en la matanza de ratas y ratones.
Los camellos, asnos y llamas fueron domesticados como bestias de carga. Tal vez los caballos también. Pero estos pueden haber sido criados primero para ser comidos.
Aunque las ovejas fueron criadas primero por su carne, la gente pronto descubrió que su lana hace buena tela. La gente también encontró que las pieles de ganado vacuno, caprino y porcino son buenas para el cuero.
Por supuesto, la gente domaba a los animales que vivían alrededor de ellos. No es de extrañar, pues, que se domaran diferentes animales en diferentes partes del mundo. La llama y la alpaca de Sudamérica ayudan al hombre de la misma manera que los renos en el Lejano Norte y el yak en el Tíbet.
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