Las Lámparas Fluorescentes
Entre las diversas clases de lámparas que actualmente se emplean, una de las más utilizadas son las fluorescentes. Hay muchas sustancias que tienen la particularidad de brillar en la oscuridad después de haber sido expuestas a la luz, o mientras se hallan bajo la acción de los rayos ultravioleta. A este fenómeno se le da el nombre de fluorescencia. Como se ha dicho anteriormente, cuando una corriente eléctrica atraviesa una atmósfera de vapor de mercurio, se generan rayos ultravioleta en abundancia. Los largos tubos que se emplean en las luminarias fluorescentes están recubiertos interiormente con sustancias que tienen la particularidad de tornarse luminosas bajo la acción de dichos rayos. Puesto que cada sustancia produce un color determinado, mezclando varias de ellas en la debida proporción se pueden obtener luces fluorescentes de diferentes tonalidades. El empleo de esta lámpara se extendió con rapidez debido a su alto rendimiento, pues por cada unidad de electricidad consumida (vatio) se obtiene con ellas más luz que con las lámparas de filamento de tungsteno. Una luminaria fluorescente de 30 vatios suministra, aproximadamente, tanta luz como una lámpara de filamento de tungsteno de 75 vatios; diez veces más que la lámpara de 30 vatios de filamento de carbón de Whitney, y, por lo menos, 20 veces más que la lámpara de 30 vatios de Edison.