La palabra designa, en principio, un motor amovible fijo fuera de la tablazón (es decir, en la parte exterior del espejo de popa) de una embarcación. Por extensión, se aplica este nombre a la lancha de carreras ligera que va equipada con él. La popa de los fueraborda es plana, mientras que la proa está redondeada en forma de cuchara, para que pueda levantarse por encima de las olas. El casco ofrece una forma particular, llamada rediente, que facilita el despegue de la superficie del agua y le permite alcanzar gran velocidad (esta forma se encuentra también en los flotadores de un hidroavión, así como en el fondo del casco de los hidros de barquilla).
Los fueraborda se dividen en cinco clases, según la cilindrada de su motor: Junior, A, B, C y X. Algunos de ellos pueden superar los 130 km/h.