El uranio se encuentra en la Tierra en cantidades medias que oscilan entre los 3 y los 4 gramos por tonelada de roca. Su extracción es sumamente costosa y exige complicadas operaciones. Por si fuera poco, el material más adecuado para las desintegraciones atómicas es el Uranio 235, pero en el uranio natural sólo existe un átomo del tipo 235 por cada 140 átomos de Uranio 238. Por consiguiente, son necesarias otras muchas operaciones delicadísimas para obtener un combustible atómico que contenga exclusivamente el Uranio 235.
Una vez iniciada la reacción atómica, que se produce bajo un estrecho control, la energía que se libera en el reactor, especialmente en forma de calor, es trasladada a una caldera donde genera el vapor que luego será destinado a las más diversas finalidades.