Cuando los automóviles se construyeron por primera vez, eran montados por pequeños grupos de trabajadores, y el trabajo podía tomar semanas o incluso meses.
A principios del siglo XX, Henry Ford y otros fabricantes de automóviles presentaron la línea de montaje, donde cada trabajador sólo era responsable de una parte específica del coche.
Pronto un coche entero podía ser construido en un día y medio. Las mejoras en la línea de montaje continuaron hasta que, en 1916, un coche sencillo ¡podía ser construido en tan sólo 90 minutos!
La mayoría de las plantas de hoy en día fabrican más de 50 vehículos por hora. Y las líneas de montaje más rápidas pueden armar más de 100 vehículos en una hora.