Los fenicios fueron un pueblo marino que dominó el Mediterráneo por unos mil años, desde el 1400 a. C. Diestros en la navegación y la vela, los fenicios establecieron asentamientos comerciales a lo largo de las costas del Líbano y el norte de África.
Los fenicios comerciaban cobre, estaño, plata, aceite de oliva, vino, vidrio, marfil y otras mercancías valiosas desde el extremo oriental del Mediterráneo hasta las costas occidentales de lo que hoy son España y Francia.
Para proteger su monopolio en el mar, los fenicios propalaban rumores e información falsa sobre sus descubrimientos y rutas comerciales. Decían que los océanos hervían y espantosos monstruos se escondían en las profundidades.
En el año 600 a. C., según narra el historiador griego Herodoto, el rey egipcio Necao II patrocinó una expedición fenicia para navegar alrededor de África. Los barcos navegaron por el Mar Rojo y entraron en el Océano Índico, en una de las costas las tripulaciones plantaron cultivos, los cosecharon, y después prosiguieron su camino por el extremo sur del continente.
Después de tres años en el mar, los marineros supuestamente entraron en el Mediterráneo en su extremo occidental, completando una de las mayores hazañas de la navegación antigua. Heródoto, sin embargo, dudaba de que la expedición se hubiera realizado.
"A su regreso dijeron, por mi parte no lo creo, pero tal vez otros lo hagan, que en la navegación alrededor de (África), tenían el sol a su mano derecha", escribió.
Heródoto estaba describiendo como los fenicios habían navegado tanto hacia el sur, que el sol brillaba desde el norte, una circunstancia que Heródoto pensaba era imposible.