La soldadura es un método que de manera permanente une dos piezas de metal. El calor se aplica a dos de los bordes o superficies de metal, generalmente con un soplete de gas o una herramienta de soldadura eléctrica.
Sin embargo, cuando son grandes superficies a soldar, se utilizan máquinas de gran tamaño. El calor aplicado por las máquinas derrite las dos superficies o bordes hasta que se funden en una sola pieza.
Durante el proceso de soldadura, el metal calentado debe ser protegido del oxígeno y el nitrógeno del aire, ya que estos gases causan que la soldadura sea débil y quebradiza. Esta protección es proporcionada al rociar otros gases en el metal durante el proceso de soldadura.
Una vez que las dos piezas de metal se sueldan entre sí y la soldadura se enfría y endurece, el conjunto es tan fuerte como cualquier otra parte del metal. La soldadura se utiliza en la fabricación de coches, edificios, puentes, aviones, y grandes aparatos eléctricos.
El calor generado por la soldadura es a menudo de más de 1.500° Celsius.
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