¿Qué es el Mistral?

   Un viento frío y periódico, el mistral sopla de norte a sur en el valle del Ródano y logra perturbar la climatología de la Francia mediterránea.
   "Mistral" proviene de una palabra provenzal que significa "magistral". Este viento, frío y violento, puede hacer estragos durante varios días seguidos y alcanzar, normalmente, velocidades de 80 a 100 kilómetros por hora, con ráfagas que llegan a los 200 kilómetros. El aire, que proviene de las altas presiones, en el norte, no encuentra paso hacia el sur mas que a través de la zona comprendida entre los Alpes y el Macizo Central. Se canaliza entonces por el valle del Ródano, donde los campesinos levantan vallados de cipreses y empalizadas de cañas para proteger sus cultivos. A veces frena la velocidad de los trenes que van hacia Lyon, causando importantes retrasos, y obliga a los aviones a sobrevolar a gran altura esta zona de fuertes vientos.

¿Qué es un simún?


   El simún es un viento violento, seco y cálido, que levanta torbellinos de arena y que sopla principalmente en el Sahara y en los desiertos de Egipto y Arabia.
   La fuerza del viento puede desplazar montañas de arena, grano por grano. A veces ocurre que las palmeras de un oasis quedan, en pocos días, cubiertas por las dunas. El simún es un viento del desierto particularmente temido. Cuando sorprende a una caravana en marcha, obliga a los dromedarios a agruparse y a tumbarse en el suelo; de esta forma, los hombres hallan refugio al abrigo de los animales. Los torbellinos de arena ciegan a los animales y a las personas. Sin la protección de su turbante (largo echarpe de algodón), con el cual se envuelven la cabeza, los hombres de la caravana morirían asfixiados por la arena. De aquí que, el cruel simún, al soplar a veces durante varios días consecutivos, ponga a prueba la resistencia de los habitantes del desierto.

Los huertos de Islandia

   Tomates, legumbres, flores, viñas, melones y, en general, productos tempranos de todo tipo, se dan en las tierras heladas de Reykjavik, en Islandia, gracias a 100000 metros cuadrados de invernaderos calentados gratuitamente por el subsuelo volcánico.
   En esta isla, situada muy cerca del círculo polar ártico y, en algunas zonas cubiertas constantemente de hielo se dan sorprendentes contrastes. Del suelo brotan numerosos chorros de agua caliente que permiten a los islandeses bañarse al aire libre, incluso en las temporadas más frías. Las casas de las ciudades y de los pueblos son calentadas mediante un circuito de agua caliente que proviene de chorros que brotan a 80 °C. Estas canalizaciones mantienen en los invernaderos una temperatura eternamente primaveral que ofrece a esta tierra la posibilidad de producir los frutos mas sabrosos y las legumbres de mejor calidad a un precio de coste muy reducido.