Un viento frío y periódico, el mistral sopla de norte a sur en el valle del Ródano y logra perturbar la climatología de la Francia mediterránea.
"Mistral" proviene de una palabra provenzal que significa "magistral". Este viento, frío y violento, puede hacer estragos durante varios días seguidos y alcanzar, normalmente, velocidades de 80 a 100 kilómetros por hora, con ráfagas que llegan a los 200 kilómetros. El aire, que proviene de las altas presiones, en el norte, no encuentra paso hacia el sur mas que a través de la zona comprendida entre los Alpes y el Macizo Central. Se canaliza entonces por el valle del Ródano, donde los campesinos levantan vallados de cipreses y empalizadas de cañas para proteger sus cultivos. A veces frena la velocidad de los trenes que van hacia Lyon, causando importantes retrasos, y obliga a los aviones a sobrevolar a gran altura esta zona de fuertes vientos.