El río Danubio

   El Danubio es acaso el río mas internacional del mundo: atraviesa nada menos que diez países (Alemania, Austria, Eslovaquia, Hungría, Croacia, Serbia, Rumania, Bulgaria, Moldavia y Ucrania), pasa por tres capitales (Viena, Budapest y Belgrado) y en su desembocadura toca también la frontera rusa.
   Los romanos lo llamaban Danuvius y, puesto que durante mucho tiempo señaló las fronteras del imperio, lo consideraban línea de defensa militar de gran importancia, por lo que construyeron en sus costas numerosos puertos fortificados.
   El Danubio es un río majestuoso, pero menos adaptado para la navegación que el Rin y el Volga, principalmente a causa de los frecuentes bancos de arena que se suceden a lo largo de su curso. Un canal une a su afluente el Altmiihl con el río Meno, afluente del Rin, conecta así ambos ríos y permite la navegación de embarcaciones por las dos cuencas. El Danubio naoce en la Selva Negra, en Alemania, y desemboca en el mar Negro, formando un inmenso delta integrado por numerosos islotes.
   El Rin (probablemente del griego "reein", escurrir) es un río útil desde sus orígenes hasta su desembocadura: en la primera parte de su recorrido, a través de las montañas suizos, sus impetuosas aguas son utilizadas para producir energía eléctrica; en la parte restante, a través de Francia, Alemania y Holanda, se transforma en una grande e importante vía de comunicación. Si por su longitud es de los más largos de Europa, por su importancia económica es, sin duda, el primero.
   Ya antiguamente constituía el Rin una arteria comercial muy activa, disputada durante mucho tiempo entre las tribus germánicas y los romanos. Su recorrido afecta a dos de las más importantes regiones mineras e industriales de Europa: la cuenca del Ruhr y Renania, famosas por sus ricos yacimientos de carbón.
   El Rin desemboca en el mar del Norte, formando un extenso delta, en cuyas islas se levanta Rotterdam. Su puerto se caracteriza por su notable actividad; llegan allí, principalmente, cereales, y se exportan grandes cantidades de carbón, frutas y productos lácteos.

El estrecho del Bósforo


   El Bósforo, que tiene una orilla asiática y otra europea, es el estrecho que separa los dos continentes y, pese a sus 30 kilómetros de longitud, no sobrepasa los 3,700 metros de anchura.
   El Bósforo, estrecho histórico, pone en comunicación dos mares importantes y apenas si separa dos grandes continentes. Debe su nombre (Pasaje de los bueyes) a épocas antiguas, cuando rebaños de bueyes franqueaban a nado el pequeño brazo de mar. Darío, rey de los persas, lo atravesó con su ejército. También la primera Cruzada, en 1097, debió pasarlo a su vez y aun ahora se enseña, en la ribera, el árbol de Godofredo de Bouillon. Lo mismo en la ribera asiática que en la europea existen numerosas fortalezas destinadas en su día a la vigilancia del paso marítimo y terrestre. Una doble corriente recorre el estrecho: la de superficie procede el mar Negro y la más profunda aporta las aguas saladas del Mediterráneo, de una densidad superior.

La esfera de Magdeburgo



   Otto de Guericke, burgomaestre de Magdeburgo, ciudad alemana en la ribera del Elba, efectuó en público, en 1654, una espectacular experiencia para demostrar la fuerza de la presión atmosférica.
   Torricelli descubrió la existencia y la acción de la presión atmosférica. Partiendo de este hecho, Guericke demostró la potencia de la presión en el curso de una experiencia a la cual asistió el emperador de Alemania. Dos casquetes cóncavos y semiesféricos, que poían ajustar perfectamente, se unieron para formar una esfera de un metro de diámetro. Con la ayuda de una bomba neumática, Guericke hizo el vacío en su interior. Dos fuertes caballos tirando de los correspondientes casquetes no lograron separarlos. La presión del aire exterior inutilizaba la poderosa fuerza de las caballerías. A raíz de esta de mostración científica, Magdeburgo adquirió gran celebridad.