El Bósforo, estrecho histórico, pone en comunicación dos mares importantes y apenas si separa dos grandes continentes. Debe su nombre (Pasaje de los bueyes) a épocas antiguas, cuando rebaños de bueyes franqueaban a nado el pequeño brazo de mar. Darío, rey de los persas, lo atravesó con su ejército. También la primera Cruzada, en 1097, debió pasarlo a su vez y aun ahora se enseña, en la ribera, el árbol de Godofredo de Bouillon. Lo mismo en la ribera asiática que en la europea existen numerosas fortalezas destinadas en su día a la vigilancia del paso marítimo y terrestre. Una doble corriente recorre el estrecho: la de superficie procede el mar Negro y la más profunda aporta las aguas saladas del Mediterráneo, de una densidad superior.
El estrecho del Bósforo
El Bósforo, estrecho histórico, pone en comunicación dos mares importantes y apenas si separa dos grandes continentes. Debe su nombre (Pasaje de los bueyes) a épocas antiguas, cuando rebaños de bueyes franqueaban a nado el pequeño brazo de mar. Darío, rey de los persas, lo atravesó con su ejército. También la primera Cruzada, en 1097, debió pasarlo a su vez y aun ahora se enseña, en la ribera, el árbol de Godofredo de Bouillon. Lo mismo en la ribera asiática que en la europea existen numerosas fortalezas destinadas en su día a la vigilancia del paso marítimo y terrestre. Una doble corriente recorre el estrecho: la de superficie procede el mar Negro y la más profunda aporta las aguas saladas del Mediterráneo, de una densidad superior.