Las estelas de Axum



   Axum o Aksum, vieja ciudad etíope, considerada la ciudad santa de ibisinios de religión copta, fue la capital de un antiguo reino. Todavía hoy se levantan en su perímetro impresionantes obeliscos esculpidos
las estelas de Axum
   Las estelas de Aksum, todavía numerosas hoy en día, son unos monumentos monolíticos que llegan a alcanzar una altura de hasta 30 metros. Los escultores labraron en ellas falsas puertas y ventanas, como si se tratase de auténticos edificios, representando tal vez Las residencias de los dioses. Las estelas reposan sobre unos basamentos probablemente destinados a los sacrificios rituales. El mayor de estos monumentos, en la actualidad roto en cuatro pedazos, alcanzaba la altura de 33,50 metros, y la más alta de las estelas todavía en pie tiene 21. En la misma aparecen nueve falsos pisos, con tres ventanas cada uno. Es un testimonio de la pujanza de una civilización mal conocida y que desapareció en el siglo IX de nuestra era.

¿Dónde se encuentra el valle de los Reyes?


   Las ruinas de Tebas se encuentran al norte de Asuán. Durante largos años fue capital del antiguo Egipto. El acantilado de Deir-el-Bahari la separaba del valle de los Reyes, sepultura de numerosos faraones.
   En el curso de los siglos, numerosas tumbas de faraones han sido profanadas y sometidas al pillaje, en especial en el Bajo Egipto, donde tumbas y pirámides atrajeron a los ladrones, conocedores que a las momias reales se las enterraba acompañadas de valiosos objetos preciosos. Los faraones del Alto Egipto fueron enterrados en el Valle de los Reyes; la entrada de sus tumbas se disimulaba mediante enormes bloques pétreos. Pese a tales precauciones, casi todas estas sepulturas fueron desvalijadas. Un arqueólogo inglés. Carter, tuvo la fortuna de descubrir intacta la tumba de Tutankamon, y junto con la momia del faraón encontró gran cantidad de objetos artísticos y de gran valor, preciosos testimonios de una antigüedad de hace mas de tres mil años.

Coplas por la muerte de su padre

Alrededor de un Castillo medieval se ha entablado una terrible batalla entre los guerreros partidarios de Isabel la Católica y los que defienden el derecho de Juana la Beltraneja a la corona de Castilla. Es el famoso Castillo de Garci-Muñoz, y en sus proximidades va a decidirse pronto el triunfo de la reina Isabel, y con él la unidad nacional instaurada por los Reyes Católicos. Pero los enemigos de la reina se baten con denuedo y no se dejan vencer fácilmente. Muchos caballeros de uno y otro bando mueren luchando. Uno de ellos, castellanoleonés y partidario de Isabel I, cae herido de muerte ante las murallas del castillo; se trata de Jorge Manrique, hijo del conde don Rodrigo y maestre de Santiago, poeta y soldado a la vez, que canta la muerte de su padre con gran serenidad y sentimiento:

Recuerde el alma dormida,
avive el seso y despierte
contemplando
cómo se pasa la vida,
cómo se viene la muerte
tan callando:
cuán presto se va el placer,
cómo, después de acordado,
da dolor;
cómo, a nuestro parecer,
cualquier tiempo pasado
fue mejor.
Nuestras vidas son los ríos
que van a dar en la mar.
que es el morir:
allí van los señoríos
derechos a se acabar
y consumir.

Las Coplas por la muerte de su padre son el mejor poema lírico de la poesía medieval española. Manrique insiste en ellas en lo fugaz de esta vida, a la que compara con el río que muere en el mar, y en que todos los hombres, cualquiera que sea su condición, son iguales al llegar la muerte.

Jorge Manrique nació en Paredes de la Nava (Palencia) hacia 1440. Además de las Coplas escribió algunas composiciones amorosas y burlescas. Murió en 1479.