Para acompañar a los visitantes de un museo o a los viajeros de una agenda de turismo se utilizan los servicios de guias profesionales que conocen a fondo las particularidades del museo o pais que se visita.
El cicerone atiende durante algunos minutos a los visitantes de un museo, un monumento, una ciudad o un lugar de interés. El guia acompaña a grupos de turistas que realizan viajes organizados durante el tiempo, varios días o varias semanas, que dure el recorrido. Ambos deben poseer una gran cultura artística e histórica y facilidad de palabra para dar las explicaciones necesarias, de forma agradable, y para responder a las preguntas que se les hagan. Este trabajo, casi siempre de temporada, conviene particularmente a los jóvenes, por cuanto que comporta viajes largos y fatigantes. En cambio, el de los cicerones es mas sedentario, por lo que estos pueden proseguir su actividad durante largos anos.
La azafata
La azafata cuida de los pasajeros en los aviones en vuelo. Los recibe, cuida de su comodidad, sirve las comidas y ayuda a cumplir con las formalidades administrativas.
Este es uno de los trabajos que gozan de mayor prestigio entre las mujeres modernas y puede ejercerse entre los veinte y los cuarenta años. Existen plazas permanentes de azafata, y la creación de nuevos puestos de trabajo es lenta. La azafata, además de dinamismo, valor, buena educación y conocimiento de, al menos, dos lenguas, debe responder a ciertas normas estéticas: su talla no debe ser inferior a 1,58 m ni superior a 1,72 m y su peso, en proporción con su altura, puede oscilar entre 47 y 64 k. A bordo prepara y sirve las comidas, comenta el viaje, ayuda a preparar la documentación y lleva la contabilidad de los servicios de a bordo. La azafata vuela de veinte a veintidós días mensuales, de los cuales más de la mitad los pasa fuera de su país; esto hace que su vida de familia se vea muy perturbada.
Este es uno de los trabajos que gozan de mayor prestigio entre las mujeres modernas y puede ejercerse entre los veinte y los cuarenta años. Existen plazas permanentes de azafata, y la creación de nuevos puestos de trabajo es lenta. La azafata, además de dinamismo, valor, buena educación y conocimiento de, al menos, dos lenguas, debe responder a ciertas normas estéticas: su talla no debe ser inferior a 1,58 m ni superior a 1,72 m y su peso, en proporción con su altura, puede oscilar entre 47 y 64 k. A bordo prepara y sirve las comidas, comenta el viaje, ayuda a preparar la documentación y lleva la contabilidad de los servicios de a bordo. La azafata vuela de veinte a veintidós días mensuales, de los cuales más de la mitad los pasa fuera de su país; esto hace que su vida de familia se vea muy perturbada.
¿Qué hace una Recepcionista?
La recepcionista recibe. informa y guia a los clientes de los comerciantes, a los usuarios de las administraciones y a los visitantes de las exposiciones que. a menudo, se hallan desorientados o desalentados por las formalidades.
El solemne portero que guardaba las entradas de los organismos públicos o privados ha debido ceder su plaza a la gentil recepcionista. Esta, vestida con un uniforme agradable, elegante y moderno, ofrece una simpática imagen del establecimiento en el que trabaja. Pero su función no es solo esta: la recepcionista conoce la organización y las costumbres, la disposición y los horarios de las dependencias; por eso informa a los visitantes, rellena formularios, organiza citas, orienta hacia el servicio adecuado y hace agradable la espera, si es necesaria. Este trabajo solo es conveniente para las personas muy jóvenes, ya que exige gran tensión nerviosa; además es indispensable una buena cultura, palabra fácil y excelente educación. Las plazas fijas son escasas, pero, en cambio, las de temporada son abundantes y están bien remuneradas.
El solemne portero que guardaba las entradas de los organismos públicos o privados ha debido ceder su plaza a la gentil recepcionista. Esta, vestida con un uniforme agradable, elegante y moderno, ofrece una simpática imagen del establecimiento en el que trabaja. Pero su función no es solo esta: la recepcionista conoce la organización y las costumbres, la disposición y los horarios de las dependencias; por eso informa a los visitantes, rellena formularios, organiza citas, orienta hacia el servicio adecuado y hace agradable la espera, si es necesaria. Este trabajo solo es conveniente para las personas muy jóvenes, ya que exige gran tensión nerviosa; además es indispensable una buena cultura, palabra fácil y excelente educación. Las plazas fijas son escasas, pero, en cambio, las de temporada son abundantes y están bien remuneradas.
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