El orfebre fabrica objetos de metal, preciosos o no, que tienen una utilización práctica en la casa —para la decoración, la vajilla o el aseo— o que sirven para las ceremonias culturales en las iglesias.
La orfebrería fina suele ser de artesanía; en cambio, la de fantasía acostumbra estar industrializada. Las técnicas que se emplean en este trabajo son varias, además de muy complejas. Por ejemplo, los cubiertos que utilizamos para comer deben ser fundidos antes de pasar al troquelado y al grabado. Las vajillas de plata u oro, los accesorios de tocador, los artículos de fumador y las copas deportivas son modelados con el martillo del planador o con el torno del repujador. Los motivos decorativos realizados por el cincelador-fundidor son mas tarde soldados. Todas estas especialidades exigen dotes naturales y un duro aprendizaje; además, hay pocas posibilidades para establecerse por cuenta propia.
¿Qué trabajo realiza el engastador?
Los objetos de adorno cuyo elemento decorativo está constituido esencialmente por diamantes, piedras preciosas o perlas finas, engastadas en una montura de metal, son obra de los engastadores.
El engastador da forma a la montura metálica, que generalmente es muy sobria, Las técnicas empleadas son análogas a las del joyero: apresto, torneado, calado y soldadura. El engaste es la parte delicada del trabajo. Se efectúa a mano, con broca y con buril. Las piezas que hay que engastar poseen siempre gran valor. La fijación, ya sea aljofarada, sentada o perlada, ha de ser segura, para evitar cualquier riesgo, pero lo suficientemente discreta para dejar que la luz juegue sobre las facetas de los diamantes y se irise sobre las perlas. Al igual que el joyero, el engastador puede especializarse en las cadenas, los anillos o el esmalte de joyas. El obrero puede convertirse en jefe de taller o incluso llegar a establecerse por su cuenta.
El engastador da forma a la montura metálica, que generalmente es muy sobria, Las técnicas empleadas son análogas a las del joyero: apresto, torneado, calado y soldadura. El engaste es la parte delicada del trabajo. Se efectúa a mano, con broca y con buril. Las piezas que hay que engastar poseen siempre gran valor. La fijación, ya sea aljofarada, sentada o perlada, ha de ser segura, para evitar cualquier riesgo, pero lo suficientemente discreta para dejar que la luz juegue sobre las facetas de los diamantes y se irise sobre las perlas. Al igual que el joyero, el engastador puede especializarse en las cadenas, los anillos o el esmalte de joyas. El obrero puede convertirse en jefe de taller o incluso llegar a establecerse por su cuenta.
¿Qué hace un Joyero?
El obrero, o, más bien, el artista joyero, realiza o repara adornos de metal, preciosos o no, que no llevan ni diamantes, ni piedras preciosas, ni perlas finas.
Las joyas son casi siempre diseñadas por especialistas. El joyero recibe un proyecto pintado al guache sobre una cartulina de color, y lo lleva a cabo por partes, que luego une. El joyero elige la forma de metal, hoja, barra o hilo que mejor le conviene para cada uno de estos elementos. Tras haber obtenido la forma deseada martillando sobre un yunque (la bigornia o la varilla para los anillos), el joyero precede al cincelado, al grabado y al pulimentado, última de las operaciones necesarias. Las joyas de categoría son ejecutadas a mano. Los objetos de bisutería son fabricados con máquinas que permiten venderlos a precios baratos. Los joyeros, pacientes y minuciosos, trabajan en pequeños equipos y en tranquilos talleres.
Las joyas son casi siempre diseñadas por especialistas. El joyero recibe un proyecto pintado al guache sobre una cartulina de color, y lo lleva a cabo por partes, que luego une. El joyero elige la forma de metal, hoja, barra o hilo que mejor le conviene para cada uno de estos elementos. Tras haber obtenido la forma deseada martillando sobre un yunque (la bigornia o la varilla para los anillos), el joyero precede al cincelado, al grabado y al pulimentado, última de las operaciones necesarias. Las joyas de categoría son ejecutadas a mano. Los objetos de bisutería son fabricados con máquinas que permiten venderlos a precios baratos. Los joyeros, pacientes y minuciosos, trabajan en pequeños equipos y en tranquilos talleres.
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