El desierto helado
Las temperaturas glaciales, los vientos huracanados que a veces alcanzan más de 200 km/h, el caos de los bloques de hielo y las tormentas de nieve han dificultado durante mucho tiempo la exploración de las zonas polares. Los intentos audaces de exploradores intrépidos han sido sustituidos tanto en el Ártico como en la Antártida, por los viajes y los campamentos de las misiones científicas internacionales. Los aviones de las grandes compañías aéreas sobrevuelan diariamente el Polo Norte. Y en el Polo Sur viven numerosos sabios que han sepultado sus casas en el hielo para mejor protegerse del frío.
¿Qué significa el término Mach?
El sonido se propaga en el aire con gran rapidez. Cuando un avión alcanza una velocidad igual a la del sonido, se dice que su velocidad es igual a Mach 1.
El sonido se desplaza, en el aire, a una velocidad de 340 metros por segundo. En una hora recorre, pues. 1 200 kilómetros. Mach 1 es una unidad de velocidad equivalente a la del sonido. En consecuencia, Mach 2 corresponderá a una velocidad de 2 400 kilómetros por hora. En este último caso, el cohete o el avión llega a un punto determinado antes que el ruido que produce su motor. Entonces se oye una "concentración" de ruidos, llamada "doble bang". Ernst Mach (pronúnciese Mak) es el nombre de un profesor de física y de filosofía austríaco, nacido en 1838 y fallecido en 1916.
El sonido se desplaza, en el aire, a una velocidad de 340 metros por segundo. En una hora recorre, pues. 1 200 kilómetros. Mach 1 es una unidad de velocidad equivalente a la del sonido. En consecuencia, Mach 2 corresponderá a una velocidad de 2 400 kilómetros por hora. En este último caso, el cohete o el avión llega a un punto determinado antes que el ruido que produce su motor. Entonces se oye una "concentración" de ruidos, llamada "doble bang". Ernst Mach (pronúnciese Mak) es el nombre de un profesor de física y de filosofía austríaco, nacido en 1838 y fallecido en 1916.
¿Por qué los ferrocarriles utilizan señales automáticas?
Con el aumento de velocidad de los trenes y el creciente desarrollo de los tendidos ferroviarios, se hizo preciso un sistema de señales a distancia que pudiera ofrecer las máximas garantías de seguridad, tanto de día como de noche. Nacieron así las señales acústicas y luminosas, que en la actualidad se siguen utilizando ampliamente. Hoy, sin embargo, se advierte la necesidad de dotar a los ferrocarriles de señales automáticas —bien en las estaciones o bien en las locomotoras— con objeto de que los viajes en tren sean cada vez más seguros. Si se tienen en cuenta el intenso tráfico de las grandes estaciones, el complejo funcionamiento de los ferrocarriles modernos y las dificultades naturales se comprenderá la necesidad de un sistema de señales automáticas.
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