El desierto helado

   Las temperaturas glaciales, los vientos huracanados que a veces alcanzan más de 200 km/h, el caos de los bloques de hielo y las tormentas de nieve han dificul­tado durante mucho tiempo la exploración de las zonas polares. Los intentos audaces de exploradores intrépidos han sido susti­tuidos tanto en el Ártico como en la An­tártida, por los viajes y los campamentos de las misiones científicas internacionales. Los aviones de las grandes compañías aéreas sobrevuelan diariamente el Polo Norte. Y en el Polo Sur viven numerosos sabios que han sepultado sus casas en el hielo para mejor protegerse del frío.