¿Qué es la madera de un árbol?


   La madera es la parte dura del tronco y ramas de los árboles, arbustos y algunas otras plantas.
   Está constituida por los tejidos leñosos que se desarrollan debajo de la corteza. En su composición figuran principalmente dos sustan­cias muy útiles: la celulosa y la lignina. Sa­bido es que en el crecimiento de los árboles las hojas y las raíces desempeñan una función importante. La clorofila, o sea la sustancia verde de las hojas absorbe y aprovecha la ener­gía de los rayos del sol para elaborar almi­dón, azúcares y celulosa partiendo del carbo­no, hidrógeno y oxígeno. Estos tres elementos los obtiene el árbol en forma de anhídrido car­bónico, tomado del aire, y de agua y minera­les, tomados del suelo. Las féculas, azúcares y celulosa alimentan al árbol y le dan ri­gidez.
   Como resultado de su propia actividad quí­mica, un árbol (con exclusión de su contenido en agua) tiene un 60 por ciento de celulosa y un 28 por ciento de lignina, que es una mate­ria conglutinante. El 12 por ciento restante se compone de azúcares y sustancias extraentes.

¿Qué proporción de la Tierra está cubierta por agua?


  Cualquier astronauta orbitando la Tierra en una nave espacial, podría ver que en el planeta hay mucha más agua que tierra. En efecto, más de dos terceras partes de la Tierra están cubiertas por océanos. ¡Quizás "Mar" sería un mejor nombre para nuestro planeta! Existen cinco océanos: el Pacífico, que es el más grande, el Atlántico, el índico, el Ártico y el Austral. Los océanos no son áreas separadas ya que se enlazan entre sí formando una masa continua de agua. El Océano Pacífico cubre una tercera parte de la Tierra, y en su parte más ancha "abraza" casi la mitad del mundo. Los siete continentes cabrían en el Pacífico y sobraría espacio. Este océano es cerca de 13 veces más grande que el Ártico, el más pequeño de los cinco.

Tito Livio

UN GRAN HISTORIADOR

Tito Livio (59 a. de C.-17 después de C.). Nació en Padua este excelente estilista e historiador, uno de los más grandes escritores latinos. Afirmaba Asinio Polión que en su lenguaje se advertía cierta patavínitas o influencia regional paduana, y es probable que los finos oídos de los hombres cultos de aquel tiempo la advirtieran; sin embargo, un crítico afir­mó que había más asinínitas en Polión que patavínitas en Livio.

Es más artista que historiador; todo cuanto le in­teresa desde el punto de vista de la brillantez y de la anécdota lo recoge sin vacilación, por lo que no puede hablarse de su objetividad histórica. Cuando la fuente que utiliza es buena, la historia de Tito Livio es de calidad primerísima; pero por desgracia, la fuente no es buena en todas las ocasiones, y las Décadas resultan frecuentemente anecdóticas. En sus manos, la Historia se universaliza, al mismo tiempo que adquiere caracteres verdaderamente nacionales. Para este historiador latino, lo esencial es dar a la posteridad un cuadro hermoso y humano de Roma y de su grandeza: por eso, es a veces parcial cuando habla de los enemi­gos. Los personajes históricos sa­len de sus manos con la grandiosidad con que podrían salir de la paleta de Velázquez o del cincel de Fidias.