¿Por qué en algunos países nieva en invierno?


   Es porque el frío, que transforma el agua en hielo, convierte en copos las gotitas de agua de las nubes.
   Los copos están hechos de pequeños granos de hielo. En lugar de llover, a menudo nieva en invierno.
   Durante el invierno, los rayos de Sol llegan oblicuamente en ciertas re­giones. Cada unidad de superficie re­cibe menos calor que en las otras es­taciones. El aire atmosférico está sufi­cientemente frío, incluso al nivel de la corteza terrestre, para que las gotitas de agua se transformen en cristalitos de hielo, que constituyen los copos de nieve y llegan hasta el suelo sin fun­dirse.

¿Por qué hay países fríos y países cálidos?

   Los rayos del Sol calientan la Tierra. Las regiones del ecuador reciben muchos y son muy cálidas. Peor situadas, las regiones de los polos reciben muchos menos rayos: son muy frías.
España y los otros países en las costas del Mediterráneo se encuentran entre estas dos zonas: no son ni demasiado fríos ni demasiado cálidos.
   La linea de los polos no es perpendi­cular al plano de la órbita terrestre. Por consiguiente, los rayos del Sol, en las distintas épocas del año, llegan más o menos oblicuamente a un determinado lugar según su latitud. Las variaciones de temperatura son débiles en las re­giones intertropicales, donde hace siem­pre mucho calor. En los polos, los ra­yos inciden muy oblicuamente, y en los países situados cerca del circulo polar hace frío incluso en verano.

El mundo de los vikingos

   Según la mitología escandinava, los valientes, los que arrostraban el peligro y morían en el combate, eran conducidos por las valquirias al Valhala, mansión de los elegidos, donde compartían con el glorioso Odín cerveza e hidromiel, deliciosamente servidos por las vírgenes de ojos azules, escanciadoras de los dioses...
   Esto tenían por cierto, desde época inmemorial, los "hom­bres de los fiordos", los legendarios vikingos, para quienes ser valiente hasta la temeridad y la muerte era la supre­ma virtud de la vida.

   LOS VIKINGOS
   "En las noches de tormenta, cuando los hombres de mar de las otras naciones se refugiaban en el puerto, los vikingos des­plegaban las velas al viento y lanzaban sus frágiles embar­caciones en las agitadas aguas. Penetraban en los ríos y se apoderaban de una isla o de un fuerte aptos para servirles de cuartel y depósito del botín. Luego remontaban el río y los afluentes. De día permanecían inmóviles en las sinuo­sidades más apartadas o a la sombra de los bosques junto a los ríos. En cuanto llegaba la noche, escalaban los muros de los conventos, de los castillos y de las ciudades, y pasa­ban todo a hierro y fuego. Y después de haber destruido, matado, incendiado y pillado, regresaban a sus lejanas ba­ses, entre las nieblas y los hielos del norte".