¿Por qué se podan los árboles?

podando árbol
   Generalmente a fines del invierno el fruticultor corta, podría decirse que sin piedad, ramas y ramitos de los árboles. A veces, especialmente si la planta es vieja, reduce su estructura a pocas ramas gruesas.
   ¿Qué fin persigue con la poda? Millones de vegeta­les espontáneos viven, crecen y dan frutos aun cuan­do nunca sean podados. Además tienen larga dura­ción de vida. ¿Por qué, entonces, se utiliza la poda Observemos crecer una planta hasta su tamaño nor­mal. En un primer período su desarrollo vegetativo es intenso y la planta comienza en seguida a produ­cir frutos. Pero después de algunos años de buena producción la planta, debilitada por el esfuerzo exce­sivo, modera su desarrollo y comienza a tener una producción inconstante: da frutos un año y luego casi nada durante uno, dos o tres años consecutivos. Además fructi­fica en sus partes altas, las partes nuevas, y expone sus frutos a la intemperie. He aquí las ventajas de la poda. Una planta podada con regularidad vive menos que una planta no podada, pero produce, du­rante su vida, mayor cantidad de fruta. La poda es, en resumen, un medio a disposición del fruticultor para obligar a la planta a desarrollarse y a dar frutos en la forma que sea más útil.

¿Por qué estornuda una persona?


   Una persona estornuda cuando tiene un resfriado, si es alérgica o reacciona al polvo o al polen de las flores. Algunas veces, parece que se estornuda sin razón, pero estornudar tiene un propósito útil. Estornudar sirve para expulsar de la nariz el polvo irritante, la mucosidad que se produce con los resfriados y para aclarar los conductos respiratorios. ¿Has intentado alguna vez detener un estornudo? Es muy difícil de lograr porque estornudar es una reacción automática. Cuando estornuda una persona, la garganta se cierra y el aire se acumula en los pulmones. De repente, ese aire "escapa" por la nariz.

¿Dónde están las islas de la Desolación?


   Las islas de la Desolación, con este triste nombre se designaba antaño al archipiélago de las Kerguélen, 300 islas e islotes de dominio francés, al sur del océano Indi­co. La mayor de las islas mide 140 kilómetros de norte a sur.
   Este archipiélago, descubierto en 1772 por el bretón Kerguélen de Trémarec, recibió al principio el nombre de islas de la Desolación. El viento que azota per­petuamente estas tierras inhóspitas impide el crecimiento de los árboles. Lo único que se criaba en la isla era hierba. Sin embargo, los marineros que desembarcaron en las islas en 1874 tuvieron la funesta idea de soltar en ellas algunos conejos; éstos han proliferado de tal forma que en la actua­lidad consumen todo el forraje y de­jan sin alimento a otros herbívoros que se intenta aclimatar. Los investi­gadores de una base científica son los únicos seres humanos que viven en estas brumosas islas, dominio de las aves marinas, focas y pájaros niños.