Las hojas de las plantas

HOJAS
   "La naturaleza creó los helechos para demos­trar cuan perfectas podía hacer las hojas", escribió Henry David Thoreau, escritor esta­dounidense del siglo XIX, quien expresaba así un gusto por las hojas que es compartido por muchos. Algunas personas gozan tanto contem­plándolas que las reúnen en colecciones; algunas mujeres las mezclan con flores y hacen rami­lletes con los cuales se atavían. Hay quienes emplean las coloridas hojas de otoño para decorar interiores.
   Sin embargo, para nosotros son más impor­tantes los alimentos y otros productos prove­nientes de las hojas. Las de plantas como el repollo, lechuga, espinaca y berro son verdu­ras; a menudo sazonamos nuestra comida agre­gándole hojas de laurel, mejorana, menta o tomillo.
   Las hojas de las hierbas silvestres y cultiva­das sirven de alimento a muchas especies de animales domésticos, y a otros que se cazan por deporte. Dos valiosas fibras —henequén y cáñamo de Manila— provienen de hojas, lo mis­mo que el té, el tabaco, algunas drogas como la cocaína y la digitalina, y tinturas como la alheña y el añil.
   Las hojas son los órganos elaboradores del alimento de la planta. Durante el proceso co­nocido como fotosíntesis, combina el bióxido de carbono y el agua para producir el azúcar glucosa, y también oxígeno. Un factor esencial en este proceso es el pigmento verde clorofila, sustancia que se encuentra en los cloroplastos, cuerpos pequeños situados en la mayoría de las células foliares. La clorofila de las hojas actúa como trampa para absorber parte de la energía de los rayos del Sol, energía empleada para trasformar el agua y el bióxido de carbono en azúcar.

diferentes formas de hojas


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¿Cómo percibimos los sabores?


Cuando comemos algo nuestra lengua percibe el sabor. Nos dice si la comida está caliente o fría, si sabe bien o mal.
Los diferentes sabores son percibidos en la lengua por pequeños receptores llamados papilas. Tenemos más de 10.000 papilas gustativas en la boca que parecen protuberancias. La mayoría se encuentran en la lengua, pero también hay otras en el interior de las mejillas, en el paladar y en la garganta.
Las papilas gustativas pueden percibir cuatro sabores diferentes: dulce, ácido, salado y amargo, de acuerdo a las diferentes zonas en que están localizadas en la lengua.
La saliva que se producen en la boca mientras comemos se mezcla con los sabores y activa las papilas. Después, los nervios transmiten los mensajes de los sabores hasta el cerebro.
Los sentidos del gusto y el olfato generalmente trabajan juntos. Si estamos resfriados y se nos dificulta oler, probablemente tampoco podremos encontrarle gusto a la comida.

Historia del comercio de especias

Comercio de especias y guerras originadas por su posesión

   Las especias orientales fueron, en otro tiempo, una mercancía de alto precio en Europa. Por el deseo de poseerlas se originaron diversas guerras y se em­prendieron temerarias expediciones ha­cia los países productores. Cuando, en 1289, el veneciano Marco Polo regresó de su viaje a China y enu­meró la gran cantidad de especias que había encontrado, el comercio con Orien­te despertó gran interés, iniciándose un activo tráfico entre Oriente y Occiden­te, con Venecia como centro más im­portante. A mediados del s. XV, los turcos acabaron con este tráfico, termi­nando, con ello, la época de esplendor de Venecia.