¿Cómo nacieron las montañas?

   Durante el transcurso de millones de años, la superficie de nuestro planeta se ha arrugado y plegado varias veces, dando origen a los valles por donde transcurren las corrientes de aguas, y a las altas montañas o las suaves colinas.
   En el lugar donde se encuentran actualmente las cordilleras montañosas existían hace millones de años profundas fosas marinas, los sinclinales, que han ido acumulando espesas capas de sedimentos. Los fondos marinos se han ido hundiendo progresivamente dando lugar a fenómenos geológicos muy complejos en el interior de la Tierra. Al mismo tiempo, los movimientos de la corteza terrestre pro­vocaban enormes presiones que moti­varon el lento plegamiento de los se­dimentos y su elevación posterior en la forma de montañas, todo esto ocurría mismo tiempo que las rocas cristalinas eran puestas al descubierto por la erosión.



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¿A qué se le llama año luz?


   En el espacio interestelar las distancias son vastísimas, por lo que no sería práctico calcularlas con las medidas habituales, como metros o kilómetros. Un año luz es la distancia recorrida por un rayo luminoso en 365 días. ¡Y la luz es rapidísima!
   Los astrónomos, que se dedican a explorar el cielo con sus potentes telescopios, emplean medidas proporcionadas a la inmensidad de nuestro uni­verso celeste. La luz se propaga a una ve­locidad de 300.000 kilómetros por segun­do, y un año tiene 31.536.000 segundos. Así pues, durante un año la luz puede recorrer 9.460.800.000.000 kilómetros. Por eso resulta más sencillo decir que Sirio, la estrella más brillante de nuestro cielo nocturno, se halla a 8,6 años luz de nosotros que ex­presar dicha distancia en kilómetros.

¿Qué es el Mare Nostrum?

   El Mediterráneo, el vasto mar situado al sur de Europa, oeste de Asia y norte de África, fue, sin lugar a dudas,  el primer gran ámbito geográfico que exploraron los marinos en épocas antiguas. Los fenicios, hombres de mar, incluso antes de fundar la factoría de Gadir (actualmente Cádiz), atravesaron las Columnas de Hércules (el estrecho entre España y África) y llegaron hasta lo que entonces se consideraba costas septentrionales del océano Británico (el canal de la Man­cha). Posteriormente fueron los navegantes de Grecia quienes más tarde tomaron posesión del Mediterráneo orien­tal y sus innumerables islas. Tiempo después, los aguerridos romanos, tras haber sometido a todos los países ribe­reños del Mediterráneo, convirtieron a este último en un inmenso lago, situado en el interior del territorio del imperio, al que dieron el nombre de "Mare nostrum"


 
 
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