- No hay otro instrumento musical que se vea o suene como una gaita. Cuando se toca, un monótono y extraño tono sirve como telón de fondo de la melodía.
- Un término latino para la gaita es "Cornamusa",
- El nombre de la gaita en inglés es bagpipe y se llama así porque un odre o bolsa llena de aire suministra aire a los tubos que hacen el sonido.
- El método más común de suministrar aire a la bolsa es soplando en una lengüeta de caña.
- La gaita es un instrumento muy antiguo. Los antiguos egipcios, griegos, romanos todos la tenían. Hoy en día la gaita se considera como el instrumento con que se identifica a los montañeses escoceses.
- Una innovación, que data de los siglos XVI y XVII, es el uso de un fuelle para suministrar aire.
- Una gaita Highland cuenta con cinco tubos. El gaitero sopla a la bolsa a través de un tubo. Toca la melodía con otro. Los otros tres tubos hacen el sonido monótono.
- Las gaitas inicialmente proporcionaban la música para bailar en la mayoría de las culturas.
- En castellano la palabra "gaita" procede del gótico "gaits", término que también utilizan las lenguas del oriente europeo ("Gaida" en Hungría, "Gainda" en Creta o "Gayda" en serbocroata y macedonio), que significa "cabra", ya que de la piel de este animal se realiza el fuelle de la misma.
Curiosidades sobre la gaita
¿Qué es la ionización?
Es bastante sorprendente que después de ionizarse la mayoría de los átomos tienen el mismo número de electrones que los gases inertes (los que no se combinan fácilmente con los demás). La resistencia al cambio (estabilidad) de estos iones y la inactividad química de los gases inertes, se atribuye a una conbinación electrónica especial. Estos átomos, a excepción del helio, tienen ocho electrones en el nivel de energía más externo. Los metales, como el sodio, pierden electrones fácilmente al ionizarse, ya que tienen uno o dos electrones más que los gases inertes.
Los no metales como el cloro, ganan electrones con facilidad en la ionización, ya que tienen uno o dos electrones menos que el gas inerte correspondiente.
Los latinos y los Óscar
La primera persona de origen latino que ganó un Óscar de la Academia de Artes y Ciencias de Hollywood fue el actor puertorriqueño José Ferrer, que lo obtuvo en 1950 por su participación en Cyrano de Bergerac.
En 1954, la mexicana Katy Jurado fue nominada por su espléndida interpretación de Lanza rota, aunque ya dos años antes se había comentado su absoluta nominación por A la hora señalada. Aunque todos estaban seguros de que iba a ganar el Óscar por la interpretación secundaria en Lanza rota, se lo dieron ese año a Eva-Marie Saint por Nido de ratas, filme que protagonizó con Marlon Brando. La segunda actriz de México en ser nominada al Óscar fue Salma Hayek en 2002, mientras que Adriana Barraza lo fue en 2006.
En 1961, después de años de estar interpretando papeles menores en el cine, le llegó su gran oportunidad a Rita Moreno. La puertorriqueña se llevó el Óscar de actuación secundaria por West Side Story, un papel en el que todavía se la recuerda por su interpretación del número musical I Want to Live in America.
En 1987, la argentina Norma Aleandro —que poco antes había sido admirada en todo el mundo por La historia oficial, fue nominada en actuación de reparto por la cinta de Luis Mandoki Gaby, pero perdió frente a Olympia Dukakis.
El cubano Andy García recibió una nominación como actor secundario por su participación en El Padrino III, pero en su lugar fue premiado Joe Pesci.
En 1954, la mexicana Katy Jurado fue nominada por su espléndida interpretación de Lanza rota, aunque ya dos años antes se había comentado su absoluta nominación por A la hora señalada. Aunque todos estaban seguros de que iba a ganar el Óscar por la interpretación secundaria en Lanza rota, se lo dieron ese año a Eva-Marie Saint por Nido de ratas, filme que protagonizó con Marlon Brando. La segunda actriz de México en ser nominada al Óscar fue Salma Hayek en 2002, mientras que Adriana Barraza lo fue en 2006.
En 1961, después de años de estar interpretando papeles menores en el cine, le llegó su gran oportunidad a Rita Moreno. La puertorriqueña se llevó el Óscar de actuación secundaria por West Side Story, un papel en el que todavía se la recuerda por su interpretación del número musical I Want to Live in America.
En 1987, la argentina Norma Aleandro —que poco antes había sido admirada en todo el mundo por La historia oficial, fue nominada en actuación de reparto por la cinta de Luis Mandoki Gaby, pero perdió frente a Olympia Dukakis.
El cubano Andy García recibió una nominación como actor secundario por su participación en El Padrino III, pero en su lugar fue premiado Joe Pesci.
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