En realidad, hay dos tipos de planetas en nuestro Sistema Solar. A un tipo se le llama planeta terrestre (o rocoso), ya que es muy parecido a la Tierra. El otro es un planeta joviano (o gaseoso), porque es más como Júpiter.
Cuando el Sistema Solar se formó, los planetas tomaron forma de las nubes de polvo y gas. Los planetas que se formaron cerca del Sol, como la Tierra, se crearon principalmente de polvo denso el cual contiene elementos como hierro y carbono, mientras que los gases más ligeros fueron consumidos por el calor del Sol. Así que los planetas terrestres, Tierra, Marte, Mercurio y Venus, son pequeños y sólidos.
Pero los planetas jovianos se formaron lejos del Sol, donde el calor de nuestra estrella no era lo suficientemente fuerte como para quemar los gases ligeros. Así que los grandes planetas gaseosos Júpiter, Saturno, Neptuno y Urano, son mucho más grandes y ligeros, compuestos por líquidos y gases, con un pequeño núcleo de materia sólida. Tal vez estos planetas no tienen superficie real, y su atmósfera se hace gradualmente más espesa para formar lo que se nos presenta como una esfera sólida.
Debido a que Saturno es menos denso que el agua, si se le pudiera colocar en un enorme cuerpo de agua, ¡flotaría!
¿Qué planetas tienen nubes?
En la Tierra, las nubes están hechas de pequeñas gotas de agua y hielo.
De todos los planetas del sistema solar, sólo la Tierra tiene grandes cantidades de agua en estado líquido, por lo que nuestro planeta es el único con nubes tal como las conocemos. Sin embargo, algunos planetas tienen nubes que no están conformadas por agua.
El planeta Venus está cubierto de nubes que son tan gruesas que ocultan completamente la superficie del planeta. Estas nubes no están hechas de agua, sino de dióxido de carbono, el mismo gas que deshechamos al exhalar.
Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno también tienen nubes arremolinadas a su alrededor, compuestas principalmente de hidrógeno y helio, dos gases que se producen en pequeñas cantidades en nuestra atmósfera. Las nubes de estos planetas también contienen amoníaco congelado o líquido, y metano, una sustancia que comúnmente llamamos gas natural.
Mercurio no tiene casi ninguna atmósfera, y por lo tanto no hay nubes. Marte tiene una atmósfera de dióxido de carbono que es demasiado delgada para formar las nubes. No sabemos cuál es la atmósfera de Plutón. Pero debido a su pequeño tamaño se descarta que posea alguna.
El único satélite natural en el Sistema Solar que posee atmósfera y nubes es Titán, la mayor luna del planeta Saturno. ¡La atmósfera de Titán es dos veces más espesa que la de la Tierra!
De todos los planetas del sistema solar, sólo la Tierra tiene grandes cantidades de agua en estado líquido, por lo que nuestro planeta es el único con nubes tal como las conocemos. Sin embargo, algunos planetas tienen nubes que no están conformadas por agua.
El planeta Venus está cubierto de nubes que son tan gruesas que ocultan completamente la superficie del planeta. Estas nubes no están hechas de agua, sino de dióxido de carbono, el mismo gas que deshechamos al exhalar.
Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno también tienen nubes arremolinadas a su alrededor, compuestas principalmente de hidrógeno y helio, dos gases que se producen en pequeñas cantidades en nuestra atmósfera. Las nubes de estos planetas también contienen amoníaco congelado o líquido, y metano, una sustancia que comúnmente llamamos gas natural.
Mercurio no tiene casi ninguna atmósfera, y por lo tanto no hay nubes. Marte tiene una atmósfera de dióxido de carbono que es demasiado delgada para formar las nubes. No sabemos cuál es la atmósfera de Plutón. Pero debido a su pequeño tamaño se descarta que posea alguna.
El único satélite natural en el Sistema Solar que posee atmósfera y nubes es Titán, la mayor luna del planeta Saturno. ¡La atmósfera de Titán es dos veces más espesa que la de la Tierra!
¿Por qué hay ausencia de gravedad en el espacio?
La verdad es que ¡si hay gravedad en el espacio! Si no hubiera gravedad, la Luna no giraría alrededor de la Tierra y los planetas tampoco girarían en torno al Sol.
La fuerza de gravedad entre dos objetos depende de dos factores: la masa de los dos objetos y la distancia entre ellos. Cuanto más masivos son los objetos, mayor es la fuerza gravitatoria entre ellos. Cuanto mayor sea la distancia entre ellos, es más débil esta fuerza gravitatoria.
Si dos objetos son muy masivos, como en el caso del Sol y la Tierra, entonces la fuerza gravitatoria entre ellos será fuerte, incluso estando lejos. Es por eso que la Tierra se mantiene en su órbita por la atracción gravitatoria del Sol, aunque éste se encuentre a 150 millones de kilómetros.
La masa de una nave espacial es muy pequeña comparada con la masa de la Tierra o el Sol. Cuando una nave espacial se aleja de la Tierra, la atracción gravitacional de nuestro planeta disminuye hasta que es demasiado débil como para tener un efecto en la nave espacial.
En cada punto en el universo, existe una fuerza gravitatoria que tiene influencia sobre algún objeto.
La fuerza de gravedad entre dos objetos depende de dos factores: la masa de los dos objetos y la distancia entre ellos. Cuanto más masivos son los objetos, mayor es la fuerza gravitatoria entre ellos. Cuanto mayor sea la distancia entre ellos, es más débil esta fuerza gravitatoria.
Si dos objetos son muy masivos, como en el caso del Sol y la Tierra, entonces la fuerza gravitatoria entre ellos será fuerte, incluso estando lejos. Es por eso que la Tierra se mantiene en su órbita por la atracción gravitatoria del Sol, aunque éste se encuentre a 150 millones de kilómetros.
La masa de una nave espacial es muy pequeña comparada con la masa de la Tierra o el Sol. Cuando una nave espacial se aleja de la Tierra, la atracción gravitacional de nuestro planeta disminuye hasta que es demasiado débil como para tener un efecto en la nave espacial.
En cada punto en el universo, existe una fuerza gravitatoria que tiene influencia sobre algún objeto.
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