Curiosidades que seguramente te asustarán

Estás más propenso a ser infectado por bacterias comedoras de carne (fascitis necrotizante) a que seas alcanzado por un rayo.

Diariamente respiras un litro de los gases anales de otras personas.

Nuestros ojos son del mismo tamaño desde el nacimiento, pero nuestra nariz y orejas nunca dejan de crecer.

La silla eléctrica fue inventada por un dentista (tenía que ser).

En la comida rápida que una persona ingiere al año habrá unos 12 vellos púbicos en promedio.

El sentido del gusto de las mariposas se encuentra en las patas.

En una hora que nades en una piscina pública habrás ingerido 1½ litros de orina.

¿Cómo funciona un anuncio de neón?

Un raro e incoloro gas, que carecía de olor fue descubierto en 1898 por dos químicos británicos, Sir William Ramsay y Morris W. Travers. Le llamaron neón, que es la palabra griega que significa "nuevo". El neón se encuentra no sólo en nuestra atmósfera, sino también en los gases atrapados en el interior de la Tierra.

Como el neón es un conductor de primera clase de electricidad, ya que posee una asombrosa capacidad de generar luz que puede verse a grandes distancias, se utiliza frecuentemente en las luces de avión, en lámparas, y en anuncios de publicidad.

Los letreros luminosos de color rojo brillante que vemos fuera de tiendas y teatros son simplemente tubos de vidrio en forma de letras o números, llenos de gas neón. Para los anuncios de neón de color azul, unas gotas de mercurio se añaden al gas.

Las lámparas de neón se construyen eliminando todo el aire de los tubos de vidrio y llenándolos de neón. Cuando se enciende una lámpara, una corriente eléctrica se envía desde un electrodo en un extremo del tubo, pasando a través del gas, a un segundo electrodo. Esta corriente eléctrica hace que el gas neón resplandezca a un rojo fiero. Las luminarias de neón no tienen filamentos como las que se encuentran en las lámparas incandescentes, por el contrario, en las lámparas de neón es el gas el que se ilumina.

El gas neón se consigue cuando el aire se convierte en un líquido a alta presión y con temperaturas de unos -200 ° C. El gas que deja el líquido detrás de sí, es el neón. A pesar de que el neón es costoso de producir, se necesita muy poco para crear esa luz brillante. Sólo un litro de gas neón se requiere para llenar de 60 a 90 metros de tubos de vidrio.

Algunos pilotos informan haber divisado balizas de neón a una distancia de 32 kilómetros, cuando no hay otra luz visible!



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¿Cómo una radiografía puede ver dentro del cuerpo humano?

Los rayos-X son como ordinarios rayos de luz, excepto por una cosa, tienen una longitud de onda más corta. Debido a esto, un rayo de esta longitud tiene más energía y será más penetrante que un simple rayo de luz, incluso a través de sustancias sólidas, tales como madera, metal y hormigón.

Una máquina para sacar radiografías posee una corriente de alto voltaje que fluye a través de tubos de rayos-X. Dentro de cada tubo hay un recipiente de vidrio hermético. Dentro de éste hay dos electrodos, o terminales, uno negativo y otro positivo. El negativo se le llama cátodo. Se trata de una bobina de tungsteno que se calienta mediante una corriente eléctrica haciéndole liberar electrones, o partículas cargadas.

Estos electrones viajan desde el cátodo al ánodo, o positivo, a velocidades muy grandes, de 96.000 a 282.000 kilómetros por segundo. El ánodo, llamado también objetivo, por lo general es un bloque de tungsteno.

El ánodo detiene los veloces electrones. Algunos de la energía de los electrones se transforma en calor y el resto en radiación X. Esta radiación X, o de rayos-X, se escapa por una ventana del tubo y se dirige a la parte del cuerpo que se va a radiografiar.

Dado que estos rayos-X pasan a través del cuerpo, proyectan sombras sobre un trozo de película fotográfica, muy parecido a lo que ocurre en la película que se utiliza en una cámara ordinaria.

En manos de técnicos cualificados, los rayos-X pueden ayudar a salvar vidas eliminando las células cancerosas, ayudando a los médicos a divisar los huesos rotos y los órganos enfermos en el cuerpo de una persona, e incluso se emplean para esterilizar aquellos suministros médicos que no se puedan hervir.

Los rayos-X también se utilizan en el comercio y la industria para localizar defectos en los productos y para examinar el equipaje en los aeropuertos. Pero los rayos-X también pueden causar daño al hombre mediante la destrucción de tejido sano, causando cáncer y quemaduras en la piel, e incluso modificando los genes que transmiten los rasgos de una generación a la siguiente.

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