¿Cuándo se utilizó por primera vez la energía geotérmica?

La primera planta de energía geotérmica se construyó en 1904, en el norte de italia, donde emanaba vapor a temperaturas entre 140 y 260 grados C. El gas se conducía a unas turbinas que a su vez accionaban los generadores.

En Nueva Zelanda, Filipinas, Estados Unidos y México hay plantas geotérmicas en sitios donde donde el calor terrestre aflora en forma natural. pero en la mayoría de los casos es preciso perforar para utilizar la energía. A veces se encuentran sólo rocas calientes secas, cuyo calor es posible aprovechar si se inyecta agua para luego recobrarla en forma de vapor. Éste acciona turbinas y genera electricidad.

Para explotar la energía deben perforarse dos pozos: uno para bombear agua fría y otro para que salga el agua presurizada. El agua pasa de un pozo al otro por las fisuras provocadas en la roca mediante explosivos. aun cuando el agua alcanza temperaturas muy elevadas, la presión del fondo evita que hierva. Pero al regresar a la superficie, a la presión atmosférica normal, se evapora instantáneamente y queda en condiciones de accionar las turbinas.

En muchos sitios la energía geotérmica puede aprovecharse, pero se afrontan varios problemas. Por ejemplo, es necesario eliminar los minerales del agua caliente para que no formen sarro en las tuberías ni corroan las turbinas. Por otra parte, se ha comprobado que sólo un tercio del agua bombeada retorna a la superficie, el resto se pierde. El tercer problema consiste en hacer perforaciones suficientemente profundas. De salvarse estos obstáculos, en muchas partes del mundo podría aprovecharse el potencial geotérmico.

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El viento productor de electricidad

aerogeneradoresEl viento tiene un enorme potencial para generar electricidad. Se estima que en Europa hay suficientes sitios para instalar unos 400 000 generadores, accionados por el viento, que bastarían para producir tres veces más energía eléctrica que la requerida hoy en todos los países de ese continente.

Los modernos generadores de este tipo difieren de los antiguos molinos de viento, pues consisten básicamente en hélices gigantescas de dos o tres aspas, llamadas rotores, montadas en lo alto de torres de acero o concreto. Los rotores hacen girar un eje que acciona un generador eléctrico.

El tamaño de las aspas y la altura de la torre determinan la cantidad de energía que puede generarse. Por lo general, el viento es más intenso a mayor altura, y la fuerza aprovechada depende de la superficie barrida de las aspas. Si se duplica el largo de éstas, la energía se cuadruplica. lo más importante es la velocidad del viento: si la fuerza de éste se duplica, produce ocho veces más energía, por ejemplo.

Sin embargo, los generadores de viento no necesitan rachas violentas para poder funcionar. En su mayoría diseñadas para operar con vientos de fuerza 3 a fuerza 10 (21 a 97 km/h) en la escala Beaufort. Por encima de la fuerza 10 las máquinas se apagan automáticamente para así evitar que lleguen a volar en pedazos.

Por lo común estos generadores producen casi la misma energía continuamente. Se ha preferido diseñarlos para que produzcan una cantidad estable de electricidad, más que para aprovechar las ráfagas ocasionales.

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La marea genera electricidad

Las olas de han aprovechado desde hace mucho tiempo para generar energía. En el siglo XVIII se construyeron en las costas europeas varias plantas donde las olas llegaban a un depósito con compuertas. Éstas se cerraban cuando estaba alta la marea; una vez que bajaba, el agua sólo podía escapar del depósito pasando a través de una turbina hidráulica que giraba para generar energía.
El mismo principio se aplicó en una planta de energía construida en Francia en la década de 1960. Se edificó una represa en el estuario del Río Rance, región de Bretaña, con 24 máquinas que pueden funcionar como turbinas, independientemente de que el agua fluya en uno u otro sentido.
Cuando entra la marea, el agua se acumula contra la represa hasta que hay una diferencia de 1,5 metros entre ambos lados. Luego se hace pasar por las turbinas generadoras de electricidad. Al bajar la marea, las hojas de las turbinas se voltean y el agua que regresa al mar genera electricidad de nuevo.
La cantidad de electricidad así producida depende del nivel del agua en uno y otro lados de la represa. Cuanto mayor es el desnivel, más electricidad se genera, porque el agua está sometida a mayor presión y hace girar las turbinas con más fuerza.

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