Un puñado de uranio proporciona tanta electricidad como 70 toneladas de carbón o 30 barriles de petróleo. Un reactor nuclear para abastecer de energía eléctrica a una ciudad de un millón de habitantes consume sólo 3 kg de uranio al día, por lo que este elemento es la fuente energética más concentrada usada por el hombre.
El uranio es uno de los elementos naturales más densos y sus átomos son muy inestables. El núcleo del átomo sólo necesita un pequeño "empujón" para desintegrarse, y al ocurrir esto libera grandes cantidades de energía, en la llamada fisión nuclear.
Dicho "empujón" puede recibirlo de los neutrones, partículas mucho menores que los átomos, las cuales chocan con el núcleo y lo desintegran. Durante ese proceso se producen por lo menos dos neutrones más, que se desprenden del átomo y entonces causan otras fisiones, de manera que éstas pueden continuar indefinidamente.
La energía de la fisión puede liberarse poco a poco, y usarse para calentar agua. El vapor del agua se aprovecha para activar un generador de electricidad.
Así funciona un reactor nuclear.
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¿Cómo se desaliniza el agua de mar?
El mundo afronta una creciente demanda de agua. En zonas de lluvias escasas, como el cercano Oriente, el suministro natural de agua es insuficiente. Una respuesta a ello consiste en desalinizar el agua de mar.
Desde el siglo IV a.C. se conoció un método para ello, cuano Aristóteles decubrió que al hervir el agua de mar, el vapor quedaba libre de sal.
La planta de desalinización más sencilla es un alambique donde se hierve agua y se condensa vapor. Puede improvisarse un alambique solar colocando un domo de vidrio sobre un estanque de agua salada. el agua se calienta, luego se evapora, se condensa en el vidrio y finalmente escurre hacia canales de recolección. Un alambique de poco menos de 1 m² puede producir de 4 a 5 litros de agua potable al día.
Para desalinizar cantidades aprovechables de agua se requiere un alambique mucho mayor. El agua se calienta primero por encima de su punto de ebullición, en una cámara apresión, para que no hierva. Entonces fluye hacia una cámara de menor presión, donde una parte del agua se convierte instantáneamente en vapor. El vapor se condensa al contacto con los tubos que suministran agua de mar fría. el agua que no hirvió en la primera cámara pasa a la segunda, de presión ligeramente inferior, donde se evapora parcialmente y se condensa.
Un método moderno de desalinización, llamado de ósmosis inversa, resulta más redituable que el descrito. Consiste en usar membranas de plástico con perforaciones diminutas, que dejan pasar las moléculas de agua pero no las de sal. Las membranas se colocan en tubos, y el agua salada se hace pasar por ellas, bombeándola a presión. Entonces el agua desalinizada gotea hacia fuera del tubo.
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Desde el siglo IV a.C. se conoció un método para ello, cuano Aristóteles decubrió que al hervir el agua de mar, el vapor quedaba libre de sal.
La planta de desalinización más sencilla es un alambique donde se hierve agua y se condensa vapor. Puede improvisarse un alambique solar colocando un domo de vidrio sobre un estanque de agua salada. el agua se calienta, luego se evapora, se condensa en el vidrio y finalmente escurre hacia canales de recolección. Un alambique de poco menos de 1 m² puede producir de 4 a 5 litros de agua potable al día.
Para desalinizar cantidades aprovechables de agua se requiere un alambique mucho mayor. El agua se calienta primero por encima de su punto de ebullición, en una cámara apresión, para que no hierva. Entonces fluye hacia una cámara de menor presión, donde una parte del agua se convierte instantáneamente en vapor. El vapor se condensa al contacto con los tubos que suministran agua de mar fría. el agua que no hirvió en la primera cámara pasa a la segunda, de presión ligeramente inferior, donde se evapora parcialmente y se condensa.
Un método moderno de desalinización, llamado de ósmosis inversa, resulta más redituable que el descrito. Consiste en usar membranas de plástico con perforaciones diminutas, que dejan pasar las moléculas de agua pero no las de sal. Las membranas se colocan en tubos, y el agua salada se hace pasar por ellas, bombeándola a presión. Entonces el agua desalinizada gotea hacia fuera del tubo.
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¿Todos los caminos conducen a Roma?
La respuesta es sí, o por lo menos así era en la época del Imperio romano. El intrincado sistema de comunicaciones terrestres construido por los romanos se extendía desde África oriental a los bosques de Germania, desde la península Ibérica hasta el Cáucaso y desde Inglaterra al Golfo Pérsico. Cerca de 400 vías, con más de 70.000 kilómetros de longitud, unían Roma con las zonas más recónditas de su Imperio.
Los romanos construyeron esta red de caminos principalmente por razones militares y administrativas. En muchos casos, fueron las propias legiones las que trazaron el mapa de las calzadas. Éstas tomaron su nombre de la función que desarrollaban -La Vía Salaria estaba relacionada con el transporte de la sal-, de los lugares de destino -La Vía Tiburtina moría en Tibur o Tívoli- y de sus constructores -la Vía Apia fue encargada por Apio Claudio el Ciego-.
Los romanos construyeron esta red de caminos principalmente por razones militares y administrativas. En muchos casos, fueron las propias legiones las que trazaron el mapa de las calzadas. Éstas tomaron su nombre de la función que desarrollaban -La Vía Salaria estaba relacionada con el transporte de la sal-, de los lugares de destino -La Vía Tiburtina moría en Tibur o Tívoli- y de sus constructores -la Vía Apia fue encargada por Apio Claudio el Ciego-.
MUY
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