El primer avión espía, el U2

A finales de los 50's, la Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos (CIA) enviaba aviones espías U2 a fotografiar lugares secretos de la desaparecida Unión Soviética. Los U2 volaban a 24 mil metros de altitud, fuera del alcance del fuego entiaéreo y del radar.
Estos extraordinarios aparatos eran más que planeadores a reacción construidos con plástico y triplay. Después del despegue se les desprendían las rueditas del extremo de las alas. Aterrizaban con el tren de aterrizaje principal, integrado en su fuselaje.
No fue hasta mayo de 1960, después de más de cuatro años de vuelos, cuando los rusos derribaron un U2, sirviéndose de un moderno equipo de radar usado en los misiles antiaéreos SA-2. Y aun así, el U2 no recibió el impacto en forma directa: un proyectil le estalló muy cerca y lo lanzó en una picada incontrolable. El piloto, Gary Powers, tuvo que saltar de la nave.
El éxito del U2 hizo que Estados Unidos emprendiera una investigación ultrasecreta denominada Stealth (‘‘furtivo’’), con el objeto de fabricar aparatos militares que fueran indetectables para el radar.
El U2 pasó indvertido tanto tiempo porque estaba hecho de materiales no metálicos que absorvían las ondas de radar, en lugar de reflejarlas a la estación terrena, como suele ocurrir.
El programa Stealth estaba orientado a diseñar aeronaves militares de alto rendimiento, hechas con un mínimo de metal y con el exterior revestido con una capa absorvente de ondas de radar. Así burlarían a la mayoría de los sistemas antiaéreos.

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¿Cómo se arma un barco a escala dentro de una una botella?

Los pasos para introducir un barco a escala en una botella no son difíciles: los mástiles se fijan sobre bisagras y se pliegan contra la cubierta al pasar por el cuello del recipiente de vidrio; una vez dentro, son puestos en posición vertical jalándolos por medio de hilos que luego se recortan y se pegan a un ‘‘mar’’ de resina moldeable.
El primer paso de este arte es tallar el casco en madera dura y después armar el barco; piezas de cubierta como el timón y los botes se quitan para que los mástiles puedan plegarse, y una vez que el módelo está dentro de la botella con los mástiles erguidos, los accesorios se vuelven a pegar en su lugar empujándolos con la punta de un alambre.
Las velas, hechas de tela o papel, se sujetan parcialmente a los mástiles para poder enrollarlas y meterlas en la botella, y los palos que las sostienen se colocan paralelos al casco para que pasen por el cuello de ésta.
Pero antes de meter el barco a escala los constructores de modelos forman un mar en la botella con resina moldeable color azul que introducen a presión con unas varillas de acero.
El modelo se mete en la botella por la popa, pues uno de los hilos de control pasa por el bauprés, palo de proa que debe quedar cerca del cuello del recipiente. Cuando el modelo está casi en posición, se jalan los hilos para levantar los mástiles; las velas se desenrrollan con cuidado y luego se fijan con pegamento en su lugar. El hilo del bauprés también se fija con pegamento, y los demás hilos se incrustan en el mar de resina después de asegurar el casco. El hilo sobrante se recorta con una navaja de mango largo y delgado.

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¿De dónde provienen los bumerangs?

Durante los últimos diez mil años los aborigenes de Australia han usado un tipo de armas llamadas bumerangs para matar los animales y las aves con que se alimentan. Dichas armas están diseñadas para volar en línea recta hasta la víctima, asestar un golpe letal y caer al suelo. Los bumerangs que regresan a quien los arroja son más pequeños y ligeros, y los aborigenes no los usan para cazar sino sólo con fines recreativos.

En 1981 fue establecida la marca oficial de lanzamiento de bumerang en Albury, Nueva Gales del Sur, en el campeonato australiano de la especialidad: Bob Burwell, un ingeniero de telecomunicaciones, logró que un bumerang volara 111 metros antes de que hiciera el giro de regreso.

Para que un bumerang regrese no es imprescindible que éste tenga su característica forma arqueada, pues los hay con forma de T, V, X e Y que también son capaces de retornar con el lanzador. Para que el bumerang sea eficaz basta empalmar dos piezas de madera en el ángulo correcto con una liga elástica.


La forma de los bumerangs depende
de la madera con que estén hechos.
Los que retornan a la mano del
lanzador pueden medir hasta 75 cm
de largo y pesar casi 250 gramos,
y los de cacería suelen ser más
grandes y pesados.
Los bumerangs a veces se decoran con
pigmentos rojos, blancos y amarillos.