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¿Cuándo se efectuó la primera travesía aérea del Atlántico?


   En 1919 tuvo lugar la primera travesía aérea del Atlántico, vía Terranova e Irlanda, realizada por los norteamericanos Alcock y Brown. En 1926 se sobrevoló por primera vez el Polo Norte: la empresa se debió a Richard Byrd. de la Marina norteamericana. En el misrno año. el aviador español Ramón Franco realizó en el hidroavión -Plus Ultra- la travesía del Atlántico Sur. En 1927 se llevó a cabo la más memorable de todas las hazañas aéreas: la travesía del Atlántico sin escalas. En 33 horas y media, el norteamericano Lindberg voló en solitario sobre la inmensa extensión del oceáno, desde Nueva York a París. En 1938, en vísperas de la guerra, el italiano Pezzi estableció el récord de altura: 17.083 metros. todavía no superados con motores de émbolo. En 1939 el alemán Dieterte estableció un récord de velocidad de 746 kilómetros por hora.

Rusos conducen por encima del Polo Norte para llegar a Canadá

   En una hecho sobresaliente, un equipo de exploración ruso demostró que es posible conducir de Rusia a Canadá pasando por el Polo Norte.

   Para lograr esta hazaña, el equipo de Rusia utilizó camiones modificados con enormes llantas para llevarlos a través de las superficies heladas. En un viaje que les llevó más de dos meses y medio, los exploradores viajaron más de 4.000 km con un promedio de 10 km por hora. El viaje comenzó en el archipiélago ruso Severnaya Zemlya y terminó en Resolute Bay, en el extremo norte de Canadá.

   Durante el viaje, el equipo se encontró con situaciones peligrosas, incluyendo una gran brecha en el hielo que en un principio parecía imposible de cruzar. Mientras decidían qué hacer, el hielo se movió repentinamente, formando un puente de forma temporal. Rápidamente los hombres aceleraron los motores logrando cruzar a tiempo, ya que sólo dos minutos después, el hielo se desplazó por segunda vez, volviendo a abrir el abismo que acababan de cruzar.

   Sin embargo, a pesar de los peligros, el equipo logró finalmente llegar a salvo a Canadá, donde recibieron una cálida recepción en Resolute Bay. Los vehículos están almacenados en un garaje hasta el próximo febrero, cuando una nueva expedición tratará abrirse paso a través del estrecho de Bering hacia Rusia.

¿Quiénes conquistaron la cumbre del Everest por primera vez?

   El monte Eve­rest tiene una altura de 8,848 metros y es, por tanto, el más alto del mundo. Se halla situado entre Tibet y Nepal, en Asia, y desde el siglo XIX ejerce su fascinación sobre los deportistas del mundo. La ascen­sión del Everest no sólo es difícil por su altura, sino por los frecuentes derrumbes, por las peligrosas grietas y las laderas casi imposibles de escalar.
   Ante esas dificultades, fracasaron mu­chas expediciones. Las tormentas de nieve hicieron que expertos alpinistas desistieran de sus propósitos ya cerca de la cumbre.
   En el año 1841 se llevó a cabo el cálculo de la altura de este punto culminante de la cordillera del Himalaya por George Eve­rest, a quien debe su nombre, por haberlo estudiado topográficamente.
   Edmund P. Hillary y Tensing Norkay conquistaron esta cumbre, la más alta del mundo. Iban provistos de globos llenos de oxígeno y de equipo especial. El 29 de mayo de 1953 plantaron en la cima las banderas de todas las naciones.

¿Quién fue el primer hombre en el espacio?


   El 12 de abril de 1961, el ruso Yuri Gagarín fue el primer hombre mandado al espacio. Orbitó la Tierra una vez en su nave espacial Vostok I, con un tiempo de vuelo de 108 minutos. El primer estadounidense que orbitó la Tierra fue John Glenn, quien realizó tres órbitas el 20 de febrero de 1962 en el Friendship 7.
   En 1965 se llevaron a cabo varias misiones espaciales. Entre estas está la primera cami­nata espacial realizada por Alexei Leonov des­de el Voskhod 2 en marzo de 1965. El primer estadounidense que realizó una caminata en el espacio fue Edward White, quien salió de la nave Gemini 4 en junio de 1965.

Ascensiones peligrosas


   Los alpinistas, cuando llevan a cabo as­censiones jamás realizadas anteriormente, se convierten en exploradores de las mon­tañas. Saben, por propia experiencia, que las cumbres más elevadas no son necesa­riamente las más difíciles de alcanzar. Desde luego, algunos gigantes del macizo del Himalaya, en Asia, que superan los 8 000 metros de altura, han tenido en jaque durante mucho tiempo a los escaladores: el Annapurna no fue coronado hasta 1950; el Everest, hasta 1953, y el Makalu, has­ta 1955. Sin embargo, cimas mucho me­nos elevadas son asimismo temidas; por ejemplo, la vertiente norte del Cervino, en los Alpes suizos, o la oeste de los Drus, en los franceses.

¿Quién logró, por fin, hacer volar al hombre?


Los hermanos Wright, obsesionados por la idea de conseguir una máquina que pudiera volar, habían construido un planeador que ciertamente resol­vía los problemas básicos de un vuelo controlado; a los modelos ya exis­tentes de planeadores, ellos habían incorporado dos modificaciones im­portantes: el timón vertical y las sec­ciones móviles de las alas, para el control lateral. Pero eran conscientes de que aquella máquina únicamente volaría si había un viento moderado y propicio que la sostuviera en el aire; seguía siendo simplemente un pla­neador. Los dos hermanos comprendieron que lo que le faltaba a su artefacto era un motor capaz de impulsarlo por sí solo, venciendo los caprichos del viento. Y se pusieron a construir ese motor.

La hazaña de Eratóstenes


  HACE más de dos mil años, Eratóstenes, maestro en la Alejandría egipcia, sin siquiera salir de los confines de su pa­tria, consiguió medir la circunferencia de la Tierra. Es una de aquellas formidables haza­ñas de la inteligencia que dejan, más que admirados, estupefactos.
Esto revela las extraordinarias faculta­des del hombre para llegar a conocer, con la fuerza del razonamiento, cosas que parecie­ran estar completamente por encima de las posibilidades de sus sentidos.
  Eratóstenes, nacido en Cirene aproximada­mente 276 años a. de J. C., pasó su juventud estudiando junto a reputados maestros, en va­rias ciudades, principalmente en Atenas; pron­to se hizo famoso y fue llamado a Egipto pa­ra dirigir la biblioteca de Alejandría, la más grande de la antigüedad. Fue también, en la corte egipcia, maestro de faraones. Estudió de todo y llegó a ser versado en todo. Escribió sobre filosofía, teatro, poesía; estudió un sis­tema de cronología histórica basado en el desarrollo de las Olimpíadas. Pero los estu­dios por los que alcanzó mayor celebridad fueron los de matemáticas y geografía.
  Trazó, con una relativa aproximación, el primer mapa completo de las tierras habitadas y, ya que estaba convencido de la esferi­cidad de la Tierra, defendió la posibilidad de viajar desde España hasta la India nave­gando hacia el oeste. Todo esto, ya de por sí es asombroso..., ¡pero no fue todo! Admi­tió también la posibilidad de que, en el he­misferio opuesto al suyo, existieran otras tie­rras habitadas; intuyó, en suma, la existencia de nuestro continente americano 1.700 años antes de que éste fuera descubierto. Trató de medir el tamaño del Sol, profundizó el es­tudio del firmamento y compuso un tratado, "Constelaciones", donde se aprecia su ímpro­ba labor y aguda observación.

¿Cuándo voló el primer avión impulsado por motor?

  El vuelo a motor en realidad comenzó con William Henson y John Stringfellow siguiendo los principios de Cayley. Tanto Henson como Stringfellow diseñaron una especie de carruaje de vapor aéreo en 1842. Muchas de sus ideas eran prácticas, pero también muy adelantadas a su tiempo — aún no había ningún motor que fuera lo suficientemente ligero y poderoso al mismo tiempo para impulsar un aeroplano.
   En 1848, Stringfellow, trabajando solo, construyó un modelo de 10 pies (3 metros) de largo con un ala de murciélago. Tenía un motor que pesaba menos de 9 libras y dos hélices. El aparato realizó algunos vuelos cortos y sostenidos, alcanzando unos 40 metros. Fue sólo un modelo, pero se puede decir que fue el primer vuelo real impulsado por motor.

La Maratón


En 490 a. de J. C., el general griego Milcíades obtuvo la victo­ria de Maratón sobre los ejércitos persas de Darío. De inmediato encargó a uno de sus soldados, llamado Filípides, que fuera anunciar la buena noticia a Atenas.
La distancia que separa a Maratón de Atenas es de unos 40 km, mismos que Filípides cubrió de una sola tirada corriendo.
Cuando llegó a Atenas, apenas le quedaban fuerzas para anun­ciar la noticia de la victoria y cayó muerto de agotamiento. Ese soldado griego fue, sin saberlo, el primer corredor de maratón.
En recuerdo de Filípides se creó la prueba de la maratón du­rante los primeros juegos Olímpicos modernos, en 1896. Se pen­saba en aquella época que era suicida correr tal distancia, que nadie lo lograría y que la hazaña sobrehumana de Filípides no era más que una leyenda. El griego Spiridión Louys, primer ven­cedor de la carrera, demostró lo contrario.
Se dice que Filípides tardó 4 horas para ir de Maratón a Atenas, Hoy, el récord mundial supera las dos horas y tres minutos.

Hazaña sobre las cataratas del Niágara

   Un día del verano de 1855, Jean-Francois Gravelet, apodado "Charles Blondín", afamado equilibrista francés, hacía prepa­rativos para intentar la travesía por la parte oriental de las ca­taratas del Niágara caminando sobre una "cuerda": un cable de 7 cm de grueso y enganchado a 90 m de altura para evitar que lo derribara la fuerte brisa que se levantaba por la caída del agua.

   El público aplaudió y lanzó gritos de apoyo. Luego, todo el mundo contuvo el aliento al seguir con la mirada la silueta del equilibrista que avanzaba con pasos cortos muy por lo alto sobre las turbulentas aguas. Tenía que recorrer una distancia de 355 metros.
   Cuando por fin llegó al término de su vertiginosa travesía, los re­porteros y la multitud de curiosos corrieron hacia él, con entusiasmo. . . ¡y con alivio!
   En cuanto a Blondin, quedó tan contento con su experimento que lo repitió once años mas tarde y, en esta ocasión, ¡llevó sobre sus hombros a su empresario!


¿Quién fue el primero en llegar al polo norte?


   Durante más de un siglo, el inaccesible polo norte atrajo a los exploradores. Por mar, tierra y en globo, cada nueva expedición avanzaba un poco más lejos. Algunos nunca volvieron. . .
   Hacia fines del siglo XIX hubo una verdadera "carrera al po­lo": el norteamericano Frederick Cook afirmaba haber llegado a la meta, pero no pudo probarlo. La carrera continuaba. . .
   En ese mismo periodo, Robert Peary demostró una tenacidad extraordinaria. El perder ocho dedos de los pies, congelados du­rante sus incursiones hacia el norte, no lo desanimó. Reunió por fin los fondos necesarios y en agosto de 1908 el Theodore Roosevelt transportó hombres y material al cabo Sheridan. Pero, atra­pado por los hielos, el barco no pudo ir más lejos; Peary, con 23 hombres, 19 trineos y 133 perros, avanzó entonces hasta cabo Columbia, donde instaló su campamento base.
   A fines de febrero, Peary, con cuatro esquimales y un compañe­ro, se lanza sobre los bancos de hielo. Las condiciones metereológicas son buenas: ¡no hay más que 25 °C bajo cero! El 6 de abril, des­pués de haber recorrido más de 700 km, llega por fin al polo norte.


¿Sabías que...
...Robert Peary quería prepararse lo mejor posible en su aventura al polo, que incluso se fue a vivir durante cierto tiempo entre los esquimales para acostumbrarse a la vida de las regiones polares?

¿Quién fue el primero en cruzar a nado el canal de la Mancha?

  El capitán inglés Matthew Webb, de 27 años, fue el primero en lograr la hazaña de atravesar a nado el canal de la Mancha.
  Salió en la noche del 24 de agosto de 1875 de Dover, Inglaterra, y llegó a Calais, Francia, al día siguiente por la noche, después de haber nadado durante 21 h 45 min, acompañado por un barco.
  Dos meses antes, otro inglés, el capitán Boyton, había atrave­sado ya la Mancha, pero utilizando un chaleco neumático y con ayuda de remos. Webb, por su parte, hizo la travesía únicamen­te con sus músculos y su valor.
  No hay que olvidar que Webb realizó su proeza nadando de braza, o pecho, pues todavía no se inventaba el crawl. Desviado por las corrientes, nadó alrededor de 64 km, pese a que la distan­cia entre Dover y Calais no es más que de 33 km en línea recta.
 Webb ha sido imitado, y superado ampliamente, pero jamás un vencedor de la Mancha será tan célebre como él. Se mató en 1883 cuando intentaba cruzar a nado las ca­taratas del Niágara. Desde la hazaña de Webb ha habido más de 3 500 tentativas de travesía: un poco más del 10% de estas tentativas han sido coronadas por el éxito.



¿Sabías que...?

...quienes intentan cruzar a nado el canal de la Mancha se untan el cuerpo de grasa para soportar la baja temperatura de sus aguas.

...cruzar a nado el canal de la Mancha es como atravesar una piscina 1.200 veces seguidas.

El desplazamiento de Abu SimbeI


   Los dos templos de Abu Simbel se erguían altivos en las riberas del Nilo desde hace más de 3 000 años. Uno de ellos, dedica­do a Ramsés II, estaba adornado con gigantescas estatuas del faraón, cuya altura alcanza los 20 metros.
   Pero, para alimentar la presa de Assuán fue necesario crear un gran lago artificial en el sitio de estos monumentos. Y así hubo que desplazar estos magníficos templos que, de otra manera, habrían sido engullidos por las aguas.
   Como los templos estaban construidos en un acantilado, hubo que sacar toda aquella masa rocosa que pesaba sobre ellos, y un equivalente de 300 000 toneladas de roca fueron excavadas y escombradas.
   Asimismo, hubo que recortar los templos en bloques de 20 a 30 toneladas, que unas grúas gigantes depositaban en enormes camiones, los cuales a su vez debían transportarlos 60 metros más arriba. Una vez reconstruidos los templos en su nuevo emplazamiento, hubo que hacer la reconstrucción en la parte
baja. . . un nuevo acantilado.

¿Quién realizó el primer salto en paracaídas?

   Antes de la era cristiana, los acróbatas chinos ya utilizaban grandes sombrillas a guisa de paracaídas. Se lanzaban así desde lo alto de los acantilados, ante espectadores fascinados. En 1783, en Montpellier, el francés Lenormand repitió sin saberlo la téc­nica china: desde lo alto de una torre saltó al vacío provisto de dos sombrillas abiertas.
   Pero el primer salto verdadero con un paracaídas digno de ese nombre fue efectuado por el francés André Jacques Garwerin: el 22 de octubre de 1797 se elevó en globo a 700 m sobre París y tras haber cortado las cuerdas que unían la canastilla al globo, se dejó caer, llevado por su "globo-paracaídas", y aterrizó sobre el césped del parque Nonceau.
   El primer salto desde un avión data de 1912: el capitán norte­americano Albert Berry se lanzó al aire con un paracaídas.
   Pero ¿no es mayor hazaña todavía saltar sin paracaídas? en 1972, la aeromoza checoslovaca Vesna Vulovic cayó en caída li­bre desde un avión incendiado. Sobrevivió a esa caída de 10 160 m, ¡pero estuvo 16 meses en el hospital!

¿Quién fue el primero en conquisar la cumbre del Everest?


   El monte Everest (8 848 m de altura) es la cumbre más alta del mundo. Está situada en la cordillera del Himalaya, en la frontera de Tibet y Nepal; los habitantes de esos países llaman al Everest "el techo del mundo".
   Numerosos alpinistas han emprendido la conquista del Eve­rest. Muchos murieron y hasta 1953 todos habían fracasado. Por fin, el 29 de mayo de 1953, dos alpinistas plantaron su bandera en la cumbre: el neozelandés Edmund Hillary y el guía nepalés Norday Tensing.
   Como homenaje a los dioses budistas, Tensing depositó en la cumbre una barra de chocolate, un paquete de galletas y algu­nos bombones; por su parte, Hillary enterró un crucifijo.
   Desde entonces, una gran cantidad de alpinistas han realizado de nuevo esa ha­zaña (entre ellos también varias mujeres), pero otras personas encontraron
la muerte en los abismos, las aludes y las tempestades de nieve.
   En 1978, el alemán Reinhold Messner y el austríaco Peter Habeler lograron otra gran proeza: vencieron al Everest sin utilizar máscara de oxígeno

¿Quién cruzó primero la barrera del sonido?

   14 de octubre de 1947: el capitán Charles Yeager, de 24 años de edad, trataba de atravesar la barrera del sonido a bordo del Glamorous Glennis, avión de caza a reacción, con matrícula Bell X-l. De pronto, un ruido ensordecedor resonó sobre la base Edwards, en California. Yeager acababa de pasar. . .
   ¿Cómo lo hizo? La velocidad del sonido es de 1 224 km/h a 100 m del suelo, pero no es más que de 1 066 km/h a 11 000 m de altura. Como el Bell X-l no podía alcanzar tal velocidad en vuelo horizontal, Yeager tuvo que elevarse a una muy gran alti­tud para luego bajar en picada. A 12 800 m, después de algunos dramáticos segundos en los que el avión fue peligrosamente sacu­dido por las vibraciones, alcanzó los 1 078 km/h (Mach 1,015).
   Yeager no paró ahí. En 1954 logró una nueva hazaña al supe­rar la velocidad de Mach 2: a bordo de un Bell X equipado con cuatro motores llegó a los 2 575 km/h.
   Ahora despierta interés el vuelo hipersónico (10 000 km/h y más) y se puede soñar con que un día ningún punto del globo es­tará a más de unas cuantas horas de vuelo.

¿Cuál fue la proeza del Nautilus?


   El Nautilus fue el primer submarino de propulsión nuclear. Gracias a una pila atómica, no mayor que una mandarina, po­día recorrer millares de kilómetros sin salir a la superficie.
   Tras partir de la Alaska con más de cien hombres a bordo, el 1° de agosto de 1958, el Nautilus se sumergió bajo el hielo. Se trataba de la operación Sunshine que consistía en atravesar todo el océano Ártico pasando por el polo bajo su casquete.
   La navegación es muy peligrosa porque en varios lugares el agua es poco profunda: no hay más que unos treinta metros en­tre el casquete polar y el fondo del océano.
   El 3 de agosto, la voz del capitán Anderson anuncia: "Misión cumplida. Llegamos al polo". La temperatura del agua es de 0 grados centígrados. Encima del submarino hay varios metros de hielo que habría que perforar, en caso necesario. . .
   En 1959, otro submarino norteamericano, el Skate, realizó la misma hazaña. Especialmente equipado para romper el hielo, logró incluso reventar el casquete a nivel del polo y salir a la su­perficie en medio de un ruido ensordecedor.

¿Qué espeleólogo pasó 205 días bajo tierra?

El 14 de febrero de 1972, Michael Siffre penetró en la gruta de Midnight Cave, en Texas. Iba a vivir durante seis meses en la so­ledad más absoluta, fuera del tiempo. . .
Fue el inicio de un extraordinario experimento científico. En efecto, el hombre posee una especie de reloj natural, que es regido por la alternancia del día y de la noche: nos despertamos por la mañana, nos dormimos en la noche. ¿Funciona de la misma manera bajo tierra, sin ver el día y sin reloj?
Desde su gruta, Siffre estuvo conectado por teléfono a un equipo que, en la superficie, registraba todos sus actos y gestos. Vivió sobre una plataforma de 40 m² ocupada por una tienda de campaña, una mesa y aparatos científicos. En 6 meses, leyó 74 libros y "recorrió" miles de kilómetros en una bicicleta fija.
El 10 de agosto, puso fin a su aislamiento. El creía que era el 15 de julio: ¡su "reloj" tenía un mes de atraso! Pero hasta el 5 de septiembre salió de la Midnight Cave.
Este experimento permitió a la NASA investigar sobre la adaptación del organismo humano a los vuelos espaciales

¿Cuál ha sido la supervivencia más prolongada en una balsa?

   La supervivencia más prolongada de un hombre solo en una balsa que se ha registrado ha sido de 133 días (4 meses y medio) y fue realizada por el segundo camarero Poon Lim (nacido en Hong Kong), de la Marina Mercan­te del Reino Unido, cuyo barco, el S. S. Ben Lomond fue torpedeado en el Atlántico a 750 millas de las Azores, a las 11,45, el 23 de no­viembre de 1942. Fue recogido por un barco pesquero brasileño cer­ca de Salinas, en Brasil, el 5 de abril de 1953 y pudo caminar al desembarcar. En julio de 1943 se le condecoró con la British Empire Medal (Medalla del Imperio Británico).

¿Cuándo se fabricó nieve artificial por primera vez?

Vincent Joseph Schaefer, de la General Electric Company, fabricó nieve artificial por primera vez, a partir de una nube natural, el 13 de noviembre de 1946, volando en un aeroplano sobre el Monte Greylock, Massachusetts. Esparció pequeñas bolitas de hielo seco sobre una región de unas tres millas de largo y a una altura de 14.000 pies. Se estima que la nieve descendió unos 3.000 pies, pero debido a que debajo la atmósfera era muy seca, se eva­poró antes de llegar al suelo. Anteriormente, Schaefer había fabrica­do nieve en una cámara fría, el 12 de julio de 1946.