Intoxicación bacteriana por alimentos. Los principales contaminantes bacterianos de los alimentos son el grupo de Salmonellas y, rara vez, el bacilo del colon. Las principales toxinas bacterianas causantes de intoxicación alimentaria son las producidas por el estafilococo y por el organismo causante del botulismo.
La intoxicación por Salmonella suele ocurrir en epidemias, y los síntomas de la intoxicación aparecen repentinamente en un grupo de personas que han comido el mismo alimento. Náuseas, cólicos, diarrea y fiebre son síntomas comunes. La recuperación ocurre en unos pocos días y las muertes son raras.
La intoxicación por estafilococos es probablemente la forma más común de intoxicación por alimentos epidémicos. Una toxina es producida por algunas cepas de estafilococo y al ser ingerida causa síntomas gastrointestinales. Los medios idóneos para la producción de la toxina son los pasteles que contienen crema, natillas, crema batida, queso cottage, leche, mantequilla, embutidos, salsa de carne y aderezo para ensaladas. Náuseas, vómitos, calambres y diarrea son los síntomas habituales. El ataque suele durar alrededor de un día.
El botulismo es una de las formas más graves de intoxicación alimentaria y tiene una alta tasa de mortalidad.
Intoxicación alimentaria no bacteriana. Este tipo de intoxicación puede ocurrir después de la ingestión de ciertas especies de hongos, patatas inmaduras o con brotes, ciertos alimentos de origen marino (como los mejillones), granos contaminados con hongos del cornezuelo, frutas rociadas con plomo o arsénico, o alimentos almacenados en recipientes recubiertos de cadmio. Las formas más graves y mortales son la intoxicación por hongos y mejillones.
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