Vortigern, un rey británico que floreció en el siglo V. Según Gildas, Bede, Ethelwerd y el Old Engglish Chronicle, invitó a Hengist y Horsa para que le ayudaran a combatir a sus enemigos, los pictos y los escoceses. Nennius, por otro lado, representa a los jefes alemanes como exiliados que fueron a la isla sin que se les preguntara. Sea cual fuere la forma de la historia, parece cierto que después de poco tiempo los recién llegados, reforzados por nuevas bandas de sus compatriotas, se volvieron contra Vortigern y le arrebataron el territorio kentish. Nennius es el primero en traer " la hermosa hija de Hengist " a la escena. Sin embargo, no la nombra. Esto es hecho primero por Geoffrey de Monmouth (siglo XII), quien en su mayoría sigue y expande la versión de Nennius. Geoffrey la llama Rowena, o según algunos MSS, Ronwen y Ronwenna. Hay algo así como la unanimidad en las crónicas sobre el carácter de Vortigern. Era a la vez tiránico y lascivo; y la indignación monacal (expresada en la leyenda de San Germán) fue finalmente destruido por el fuego del cielo. Es de suponer que Vortigern llegó a un violento final en conflicto con los aventureros que se habían establecido en sus dominios.
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¿Qué son las joyas de la Corona?
Entre las joyas expuestas a la admiración de los visitantes destaca la denominada "corona del Estado", realizada en ocasión de la coronación de Isabel II y que reproduce la que se utilizó en 1838 en la coronación de la reina Victoria. Tiene más de un millar de diamantes, zafiros y otras piedras preciosas de todos los tamaños: entre ellos el enorme rubí "Príncipe negro" (tallado en el siglo XIV) y el diamante "Estrella de África", procedente del Cullinam, el mayor diamante del mundo. Los "yeomen", cuyos uniformes fueron diseñados el siglo XVI, guardan celosamente las joyas de la Corona, de un valor inestimable. Desgraciadamente, algunas de ellas desaparecieron en tiempos de Cromwell.
ISABEL I
Entre los gobernantes de Inglaterra hay dos reinas famosas: Isabel I y Victoria. La primera de estas reinas, Isabel I, reinó durante una época muy interesante. América había sido descubierta hacía poco tiempo, y todo un Nuevo Mundo esperaba ser explorado.
Al subir al trono, Isabel I tenia 25 años de edad. Su reino era entonces pobre, había frecuentes guerras civiles y no tenia relaciones amistosas con otros países europeos. Por si esto fuera poco, Francia hacia preparativos para invadir y conquistar a su antigua rival: Inglaterra.
Pero Isabel I demostró ser una reina enérgica; se interesaba por todo lo nuevo, y muy pronto sus marinos emprendían viajes audaces para explorar el Nuevo Mundo. Sir Walter Raleigh y sir Francis Drake fueron dos de los exploradores más famosos. Los barcos ingleses también hacian viajes para comerciar con los países del Viejo Mundo. Nunca antes se había visto ondear la bandera inglesa en tantos lugares lejanos.
La reina puso termino a sus conflictos con Francia. Mas tarde, en 1588, el rey Felipe II de España mandó su poderosa flota, la "Armada Invencible", a que conquistara Inglaterra; los marinos de Isabel obtuvieron una gran victoria.
El inglés más famoso del tiempo de Isabel no fue ni un explorador ni un guerrero, fue un poeta y dramaturgo: William Shakespeare. En esa época también había otros muchos escritores de mérito.
Uno de los primeros grandes científicos ingleses también vivió durante el reinado de Isabel; fue sir William Gilbert, que hizo muchos descubrimientos relacionados con el magnetismo.
Durante el reinado de Isabel I florecieron las artes y las letras. A este periodo de la historia de Inglaterra se le ha llamado "epoca isabelina".
Al subir al trono, Isabel I tenia 25 años de edad. Su reino era entonces pobre, había frecuentes guerras civiles y no tenia relaciones amistosas con otros países europeos. Por si esto fuera poco, Francia hacia preparativos para invadir y conquistar a su antigua rival: Inglaterra.
Pero Isabel I demostró ser una reina enérgica; se interesaba por todo lo nuevo, y muy pronto sus marinos emprendían viajes audaces para explorar el Nuevo Mundo. Sir Walter Raleigh y sir Francis Drake fueron dos de los exploradores más famosos. Los barcos ingleses también hacian viajes para comerciar con los países del Viejo Mundo. Nunca antes se había visto ondear la bandera inglesa en tantos lugares lejanos.
La reina puso termino a sus conflictos con Francia. Mas tarde, en 1588, el rey Felipe II de España mandó su poderosa flota, la "Armada Invencible", a que conquistara Inglaterra; los marinos de Isabel obtuvieron una gran victoria.
El inglés más famoso del tiempo de Isabel no fue ni un explorador ni un guerrero, fue un poeta y dramaturgo: William Shakespeare. En esa época también había otros muchos escritores de mérito.
Uno de los primeros grandes científicos ingleses también vivió durante el reinado de Isabel; fue sir William Gilbert, que hizo muchos descubrimientos relacionados con el magnetismo.
Durante el reinado de Isabel I florecieron las artes y las letras. A este periodo de la historia de Inglaterra se le ha llamado "epoca isabelina".
Midas, el rey del toque de oro
El rey frigio Midas, según una leyenda de los griegos, en cierta ocasión le hizo un favor a Baco (Dioniso), dios del vino. Agradecido este, ofreció al rey otorgarle cualquier deseo que expresara, y Midas le pidió que todo lo que tocara se convirtiera en oro. Su deseo le fue satisfecho, pero pronto llegó a ser una maldición. En sus manos el pan se le trocaba en oro, el vino en oro fundido al tocarlo con sus labios, y aun su cuerpo se volvía de oro al írselo palpando. Finalmente Midas imploró a Baco que lo liberara y el dios le dijo que se bañara en el Río Pactolo. Al hacerlo el rey perdió su mágico toque, aunque las arenas del río fueron desde entonces de oro.
Tiempo después Midas actuó como juez en un torneo musical entre Apolo y Pan. Por haberle otorgado la victoria a Pan, Apolo trocó las orejas del rey en orejas de burro. Midas las ocultaba bajo un turbante de manera que el secreto solo lo sabía su barbero, pero este, incapaz de guardarlo, hizo un hoyo en el suelo y allí murmuró lo que había visto. Al punto brotó un grupo de cañas en el agujero, y cuantas veces la brisa sopla por entre las cañas susurra la historia de las orejas de Midas.
Tiempo después Midas actuó como juez en un torneo musical entre Apolo y Pan. Por haberle otorgado la victoria a Pan, Apolo trocó las orejas del rey en orejas de burro. Midas las ocultaba bajo un turbante de manera que el secreto solo lo sabía su barbero, pero este, incapaz de guardarlo, hizo un hoyo en el suelo y allí murmuró lo que había visto. Al punto brotó un grupo de cañas en el agujero, y cuantas veces la brisa sopla por entre las cañas susurra la historia de las orejas de Midas.
¿Quién fue el rey cuya labor le hizo merecer el sobrenombre de «el Sabio»?
El gran auge cultural que alcanzó la España musulmana en el siglo XII, con figuras como Averroes, tuvo su equivalente en la España cristiana, un siglo mas tarde. Los cristianos empezaban ya a sentir de su lado la ventaja en el dominio de la península, lo que repercutió en la aparición de un cierto florecimiento cultural: se adoptó el Derecho Romano, se crearon universidades y empezaron a utilizarse las lenguas romances, en vez del latín. Muchas de estas iniciativas tuvieron un mismo origen, el rey Alfonso X, a quien se llamó el Sabio. Era hijo de Fernando III, el Santo, rey de Castilla, y había nacido en 1221. Escribió una obra poética en gallego, las Cantigas, pero de más importancia que sus propias obras fueron los proyectos que mando emprender bajo su supervisión. Así nacieron obras históricas, como la Crónica General y la General Historia; jurídicas, como el Código de las Siete Partidas, y astronómicas, como las Tablas Alfonsíes, donde las teorías de Tolomeo se enriquecían con muchas correcciones efectuadas en Toledo. Pero su empresa más importante, que resultaría de vital trascendencia para la cultura europea, fue la fundación de la Escuela de Traductores de Toledo, donde se llevaron a cabo versiones al latín y al castellano de gran número de obras filosóficas y científicas clásicas, que los árabes habían recogido. Fue este uno de los caminos gracias a los cuales el inmenso legado del pensamiento grecorromano no se perdió en la noche de los tiempos.
La actividad de Alfonso X no se limitó a la creación de este centro cultural, sino que lo supervisó personalmente: seleccionó colaboradores y vigiló la redacción de las diversas obras que se escribían. La labor del rey, en conjunto, representa una síntesis de las culturas cristiana, árabe y hebrea y un enriquecimiento de la lengua castellana con nuevos términos científicos. Alfonso X murió en 1284.
La actividad de Alfonso X no se limitó a la creación de este centro cultural, sino que lo supervisó personalmente: seleccionó colaboradores y vigiló la redacción de las diversas obras que se escribían. La labor del rey, en conjunto, representa una síntesis de las culturas cristiana, árabe y hebrea y un enriquecimiento de la lengua castellana con nuevos términos científicos. Alfonso X murió en 1284.
Maximiliano de Habsburgo
Maximiliano de Habsburgo (1832-1867) fue emperador de México, nieto del emperador de Austria Francisco I y hermano del emperador, también de Austria,
Francisco José. Incorporado a la marina austriaca, de la que fue comandante en jefe, casó en 1857 con la princesa Carlota, hija del rey de los belgas, Leopoldo I. Dos años después fue nombrado gobernador del reino Lombardo Veneto, donde mostró encomiables dotes de gobernante.
En 1863, como resultado de la política francesa en México, la junta de notables que en aquel país secundaba dicha política le ofreció la corona del imperio recién creado. Maximiliano aceptó el ofrecimiento, no sin algunas vacilaciones, y llegó a su capital en el mes de junio de 1864.
Inició una acción encaminada a ordenar la administración, liberar a los indios de la servidumbre y desarrollar los recursos del país, después de recorrerlo en varios viajes, pero no pudo evitar la oposición enconada de los patriotas mexicanos, que no aceptaban la intervención extranjera. Los republicanos, encabezados por Benito Juárez, no dejaron de luchar un solo momento y ni las fuerzas francesas en que se apoyaba su gobierno, ni los elementos nacionales que le eran adictos lograron nunca dominar por completo el país.
Napoleón III, ante el fracaso de su aventura, decidió retirar sus fuerzas de México, no obstante las gestiones que para evitarlo hizo ante él Carlota.
Las fuerzas mexicanas que le quedaron a Maximiliano, con este al frente, fueron sitiadas por los republicanos, al mando del general Mariano Escobedo, en Querétaro. Derrotados los imperialistas el 15 de mayo de 1867, Maximiliano, con sus generales Miguel Miramón y Tomas Mejía, fue hecho prisionero. Juzgó a los tres un consejo de guerra, que los condenó a muerte.
Francisco José. Incorporado a la marina austriaca, de la que fue comandante en jefe, casó en 1857 con la princesa Carlota, hija del rey de los belgas, Leopoldo I. Dos años después fue nombrado gobernador del reino Lombardo Veneto, donde mostró encomiables dotes de gobernante.
En 1863, como resultado de la política francesa en México, la junta de notables que en aquel país secundaba dicha política le ofreció la corona del imperio recién creado. Maximiliano aceptó el ofrecimiento, no sin algunas vacilaciones, y llegó a su capital en el mes de junio de 1864.
Inició una acción encaminada a ordenar la administración, liberar a los indios de la servidumbre y desarrollar los recursos del país, después de recorrerlo en varios viajes, pero no pudo evitar la oposición enconada de los patriotas mexicanos, que no aceptaban la intervención extranjera. Los republicanos, encabezados por Benito Juárez, no dejaron de luchar un solo momento y ni las fuerzas francesas en que se apoyaba su gobierno, ni los elementos nacionales que le eran adictos lograron nunca dominar por completo el país.
Napoleón III, ante el fracaso de su aventura, decidió retirar sus fuerzas de México, no obstante las gestiones que para evitarlo hizo ante él Carlota.
Las fuerzas mexicanas que le quedaron a Maximiliano, con este al frente, fueron sitiadas por los republicanos, al mando del general Mariano Escobedo, en Querétaro. Derrotados los imperialistas el 15 de mayo de 1867, Maximiliano, con sus generales Miguel Miramón y Tomas Mejía, fue hecho prisionero. Juzgó a los tres un consejo de guerra, que los condenó a muerte.
María Antonieta
María Antonieta (1755-1793) A la edad de 15 años la encantadora princesa austríaca María Antonieta contrajo matrimonio con Luis, el heredero del trono de Francia. Se convirtió en reina de Francia cuatro años después. Durante los días terribles de la Revolución Francesa fue guillotinada.
Fue hija de la gran reina María Teresa; nació en Viena. Su preparación como miembro de la familia real le dio exiguas dotes fuera de su gracia personal y el orgullo de su estirpe. Cuando su esposo ocupó el trono de Francia con el nombre de Luis XVI, María Antonieta fue también coronada. Ambos reinaron con base en la idea de que la riqueza del país era propiedad personal de los monarcas del mismo. La reina y su corte, amantes del lujo y del despilfarro, nunca pudieron comprender la miseria que padecía el pueblo. Le parecía a María Antonieta que sus subditos carecían de razón al protestar contra los altos impuestos que tenían que pagar para sostener los despilfarros de la corte.
Las chusmas parisienses asaltaron la prisión de la Bastilla en 1789 mientras la familia real se alojaba en el hermoso Palacio de Versalles en los suburbios de París. La multitud llegó a Versalles y obligó al rey, a la reina y a sus hijos a volver a París con ella. Para el pueblo indignado María Antonieta era el símbolo de las penalidades que sufría como causa del mal gobierno.
Los miembros de la familia real fueron encerrados en el Palacio de las Tullerías. Afuera clamaba venganza la multitud. En 1791 intentaron escaparse de París la reina, el rey y sus hijos, pero fueron descubiertos y encerrados en la Torre del Temple. El rey fue decapitado en 1793. En octubre del mismo año fue juzgada María Antonieta y condenada a muerte, por fomentar la guerra civil y por traición a su patria. En una carreta abierta se la llevó a la guillotina a través de calles pletóricas de gente que la insultaba. Orgullosa y serena hasta el último momento, la reina se dio cuenta al fin de las terribles medidas a que la miseria puede inducir a un pueblo.
Fue hija de la gran reina María Teresa; nació en Viena. Su preparación como miembro de la familia real le dio exiguas dotes fuera de su gracia personal y el orgullo de su estirpe. Cuando su esposo ocupó el trono de Francia con el nombre de Luis XVI, María Antonieta fue también coronada. Ambos reinaron con base en la idea de que la riqueza del país era propiedad personal de los monarcas del mismo. La reina y su corte, amantes del lujo y del despilfarro, nunca pudieron comprender la miseria que padecía el pueblo. Le parecía a María Antonieta que sus subditos carecían de razón al protestar contra los altos impuestos que tenían que pagar para sostener los despilfarros de la corte.
Las chusmas parisienses asaltaron la prisión de la Bastilla en 1789 mientras la familia real se alojaba en el hermoso Palacio de Versalles en los suburbios de París. La multitud llegó a Versalles y obligó al rey, a la reina y a sus hijos a volver a París con ella. Para el pueblo indignado María Antonieta era el símbolo de las penalidades que sufría como causa del mal gobierno.
Los miembros de la familia real fueron encerrados en el Palacio de las Tullerías. Afuera clamaba venganza la multitud. En 1791 intentaron escaparse de París la reina, el rey y sus hijos, pero fueron descubiertos y encerrados en la Torre del Temple. El rey fue decapitado en 1793. En octubre del mismo año fue juzgada María Antonieta y condenada a muerte, por fomentar la guerra civil y por traición a su patria. En una carreta abierta se la llevó a la guillotina a través de calles pletóricas de gente que la insultaba. Orgullosa y serena hasta el último momento, la reina se dio cuenta al fin de las terribles medidas a que la miseria puede inducir a un pueblo.
El palacio de Versalles
Este majestuoso castillo, mandado construir por Luis XIV y cuya fachada mide casi 600 metros de longitud, se halla situado a 18 kilómetros al sudoeste de París.
Sobre una pequeña loma vecina al pueblecito de Versalles, Luis XIII hizo edificar en 1624 y ampliarla ocho años más tarde, una pequeña residencia para reposar de sus partidas de caza. Luis XIV, a su vez, decidió convertirla en un castillo, que fue incesantemente ampliado y mejorado, con la colaboración de los más grandes artistas de la época. El rey acabó por instalarse en él, seguido por la corte, servidores y soldados; y finalmente, el gobierno y la administración del reino también se instalaron allí. Entonces fue levantada una capilla, se ampliaron los jardines y se construyeron un teatro y numerosas dependencias. Así, en etapas sucesivas, Versalles acabó por convertirse en el más famoso conjunto de la arquitectura clásica francesa.
¿Quién fue Memnón?
Era creencia de los antiguos griegos que el rocío matinal eran lágrimas que la diosa del alba Eos (Aurora) derramaba por su hijo Memnón. Cita la leyenda que Memnón era hijo de Eos y del troyano Titón.
Memnón llegó a ser rey de Etiopía. Cuando los griegos atacaron Troya salió aquél en ayuda de su tío, el rey de Troya. Memnón dio muerte a Antíloco, pero, a su vez, fue aniquilado por Aquiles. Eos ordenó a sus hermanos los Vientos que llevaran su cuerpo a Misia, donde ella y la naturaleza entera lloraron su muerte. Guerreros etiopes quemaron su cuerpo, y Zeus trasmutó en pájaros las chispas que brotaron.
Memnón se representa tanto en pintura como en escultura como un brillante joven moreno. Se le rindió culto como a un dios. Sobre las riberas del Nilo, cerca de Tebas, existe una gran estatua. Es la de un rey egipcio, pero durante algún tiempo se creyó que era de Memnón. La estatua emitía ciertos sonidos musicales cuando los rayos del sol caían sobre ella. Los antiguos de Grecia creían que las notas escuchadas provenían de Memnón llamando a su madre todas las mañanas.
Memnón llegó a ser rey de Etiopía. Cuando los griegos atacaron Troya salió aquél en ayuda de su tío, el rey de Troya. Memnón dio muerte a Antíloco, pero, a su vez, fue aniquilado por Aquiles. Eos ordenó a sus hermanos los Vientos que llevaran su cuerpo a Misia, donde ella y la naturaleza entera lloraron su muerte. Guerreros etiopes quemaron su cuerpo, y Zeus trasmutó en pájaros las chispas que brotaron.
Memnón se representa tanto en pintura como en escultura como un brillante joven moreno. Se le rindió culto como a un dios. Sobre las riberas del Nilo, cerca de Tebas, existe una gran estatua. Es la de un rey egipcio, pero durante algún tiempo se creyó que era de Memnón. La estatua emitía ciertos sonidos musicales cuando los rayos del sol caían sobre ella. Los antiguos de Grecia creían que las notas escuchadas provenían de Memnón llamando a su madre todas las mañanas.
ISABEL LA CATÓLICA (1451-1504)
La princesa Isabel llegó a ser reina, por herencia, de Castilla y León. Por matrimonio con él rey Fernando de Aragón, reunió con su esposo el cetro de las tres regiones centrales de España.
Fernando fue un hábil político, pero la reina Isabel fue, además, una gran señora de noble conducta y de intuición para intentar y realizar grandes empresas. Los dos reyes recibieron del pontífice romano el título de soberanos católicos, porque fueron sostenedores de la unidad y el poder de la Iglesia Católica.
La reina Isabel tomó parte directa y personal en el progreso de su reino, reforzando la autoridad del trono, protegiendo las letras y las artes y realizando en 1492 la liberación de España con la toma de Granada, último reducto de los árabes que habían dominado en la península durante ocho siglos.
Pero el nombre de Isabel la Católica es más famoso todavía por haber apoyado los proyectos de Cristóbal Colón cuando casi todos se negaban a creer en la posibilidad de encontrar el camino marítimo a las Indias, navegando hacia occidente. La reina Isabel decidió patrocinar esta empresa, "aunque para ello fuera necesario empeñar sus joyas". Así participó en la gloria del descubrimiento del Nuevo Mundo.
El descubrimiento de América, seguido por la conquista y la colonización, fue la base de un imperio hispánico de tal extensión, que los herederos de la reina Isabel pudieron decir "que en sus dominios nunca se ponía el sol" Y aun después de la desintegración política de ese imperio, se conserva la unidad de idioma, religión y cultura de los pueblos hispanoamericanos, que honran con estatuas y elogios a la protectora del descubridor de América.
Fernando fue un hábil político, pero la reina Isabel fue, además, una gran señora de noble conducta y de intuición para intentar y realizar grandes empresas. Los dos reyes recibieron del pontífice romano el título de soberanos católicos, porque fueron sostenedores de la unidad y el poder de la Iglesia Católica.
La reina Isabel tomó parte directa y personal en el progreso de su reino, reforzando la autoridad del trono, protegiendo las letras y las artes y realizando en 1492 la liberación de España con la toma de Granada, último reducto de los árabes que habían dominado en la península durante ocho siglos.
Pero el nombre de Isabel la Católica es más famoso todavía por haber apoyado los proyectos de Cristóbal Colón cuando casi todos se negaban a creer en la posibilidad de encontrar el camino marítimo a las Indias, navegando hacia occidente. La reina Isabel decidió patrocinar esta empresa, "aunque para ello fuera necesario empeñar sus joyas". Así participó en la gloria del descubrimiento del Nuevo Mundo.
El descubrimiento de América, seguido por la conquista y la colonización, fue la base de un imperio hispánico de tal extensión, que los herederos de la reina Isabel pudieron decir "que en sus dominios nunca se ponía el sol" Y aun después de la desintegración política de ese imperio, se conserva la unidad de idioma, religión y cultura de los pueblos hispanoamericanos, que honran con estatuas y elogios a la protectora del descubridor de América.
Las Mil y Una Noches
Las Mil y Una Noches son una colección de narraciones fantásticas de orígenes diversos, principalmente orientales, que se entrelazan en torno a la siguiente anécdota: el rey Shahriar, al descubrir la infidelidad de su esposa, decide vengarse del sexo femenino y para este fin todos los días toma una nueva mujer, a la que mata al día siguiente a la noche de bodas. Shahrazada o Scheherazada, hija del visir de Shahriar, casa con el déspota y logra ir posponiendo su ejecución por el interés que suscita en el monarca la continuación de los cuentos que le va narrando noche tras noche. Finalmente, Shahriar decide abandonar su venganza y Shahrazada se convierte en progenitura de la dinastía.
El diplomático francés Antonio Galland afirmó haber encontrado en Siria el primer manuscrito de algunas de estas historias y lo tradujo y publicó a partir de 1704. Esta versión se conoce ahora como "Los cuentos de las mil y una noches, para niños".
El diplomático francés Antonio Galland afirmó haber encontrado en Siria el primer manuscrito de algunas de estas historias y lo tradujo y publicó a partir de 1704. Esta versión se conoce ahora como "Los cuentos de las mil y una noches, para niños".
Juglares y bufones
En la Edad Media, la gente no disponía de tantas maneras de divertirse como ahora. Los reyes y los grandes señores tenían bufones que, vestidos de modo parecido a los payasos de los circos, hacían reír diciendo chistes y remedando a los cortesanos y hasta a su propio amo.
En cambio, los juglares divertían a todas las clases sociales, pues si bien algunos formaban parte de la servidumbre de los reyes y de los nobles, los más iban de un lugar a otro en busca de un público variado del que recibían regalos en dinero, ropa o comida. Su oficio era alegrar a la gente, cantando, tocando algún instrumento, bromeando, haciendo juegos de prestidigitación, de acrobacia, malabarismo, mímica, etc., o bien exhibiendo osos y monos amaestrados.
Andando el tiempo, los juglares abandonaron todos estos ejercicios y se limitaron a recitar o cantar, acompañándose por lo común de instrumentos de cuerda, acudiendo a los campamentos, a las comidas de celebración, bodas y bautizos y a otras fiestas más propiamente religiosas.
Los frecuentes y a veces largos viajes que hacían los juglares de corte en corte o de mercado en mercado para buscar y variar su público son de gran interés para la historia de la literatura, ya que eran ocasión de divulgar la producción musical y poética de entonces por muy diversas comarcas y aun países.
En cambio, los juglares divertían a todas las clases sociales, pues si bien algunos formaban parte de la servidumbre de los reyes y de los nobles, los más iban de un lugar a otro en busca de un público variado del que recibían regalos en dinero, ropa o comida. Su oficio era alegrar a la gente, cantando, tocando algún instrumento, bromeando, haciendo juegos de prestidigitación, de acrobacia, malabarismo, mímica, etc., o bien exhibiendo osos y monos amaestrados.
Andando el tiempo, los juglares abandonaron todos estos ejercicios y se limitaron a recitar o cantar, acompañándose por lo común de instrumentos de cuerda, acudiendo a los campamentos, a las comidas de celebración, bodas y bautizos y a otras fiestas más propiamente religiosas.
Los frecuentes y a veces largos viajes que hacían los juglares de corte en corte o de mercado en mercado para buscar y variar su público son de gran interés para la historia de la literatura, ya que eran ocasión de divulgar la producción musical y poética de entonces por muy diversas comarcas y aun países.
La Torre del Oro
La Torre del Oro de Sevilla se alza en la margen izquierda del Guadalquivir. Fue construida en 1120 por el gobernador de la ciudad, Cid-Abu-el-Ola; formaba parte de las edificaciones de defensa del Alcázar. Debe su nombre al curioso revestimiento de azulejos dorados que cubría sus paredes y que, en contacto con los rayos solares, le daba el aspecto de aquel metal. La torre consta de tres cuerpos; el que corona el edificio es de construcción muy posterior. Su planta es un dodecágono y los dos cuerpos inferiores terminan en un antepecho de almenas cuadrangulares. No sólo constituye un baluarte avanzado, sino también una perfecta defensa del puerto. En tiempo del rey Pedro I el Cruel fue testigo de sus desmanes y venganzas, y en ella se guardaron los tesoros de dicho monarca.
Moctezuma II (1466-1520)
Motecuhzoma (Señor sañudo, apesadumbrado) Xocoyotzin (el joven), hijo del rey Axayácatl. Noveno monarca de los aztecas o mexicanos, electo en 1502, a la muerte de su tío Ahuízotl. Tenía 36 años cuando subió al trono.
Antes de ser rey era muy temido y respetado por su ánimo invencible y su gran devoción a los dioses, principalmente a Huitzilopochtli, dios de la guerra. Como rey fue jefe supremo político, religioso y militar de la confederación azteca o náhuatl, cuya fuerza había venido aumentando y que alcanza con Moctezuma II su máximo poder, pues conquistó a casi todos los reinos vecinos. Su territorio se extendía, en diversas zonas, desde las costas del Pacífico hasta el Atlántico.
Antes de ser rey era muy temido y respetado por su ánimo invencible y su gran devoción a los dioses, principalmente a Huitzilopochtli, dios de la guerra. Como rey fue jefe supremo político, religioso y militar de la confederación azteca o náhuatl, cuya fuerza había venido aumentando y que alcanza con Moctezuma II su máximo poder, pues conquistó a casi todos los reinos vecinos. Su territorio se extendía, en diversas zonas, desde las costas del Pacífico hasta el Atlántico.
¿Quién fue Mitrídates?
MITRÍDATES (132?-63 a. de J.C.). Muchos pueblos del Oriente y de Asia Menor adoraron al dios solar Mitra. Denominaban frecuentemente a sus jefes o caudillos Mitrídates, que significa dádiva de Mitra. De ahí que muchos de sus reyes llevaran dicho nombre.
El más renombrado de ellos fue Mitrídates VI el Grande, rey del Ponto (país antiguo al NE. de Asia Menor), cruel monarca asiático que estuvo a punto de vencer a Roma. En las obras literarias latinas su nombre se incluye con respeto y temor. Asumió el trono a temprana edad y pronto se hizo temer en todo el mundo civilizado por su carácter sanguinario. Asesinó a su madre y hermano por conspirar en su contra para despojarlo del trono.
Constante enemigo de Roma, le hizo la guerra en tres ocasiones entre 88 y 65 a. de J.C. Muchos millares de ciudadanos romanos encontraron la muerte en estas luchas antes de que Roma lograra derrotar definitivamente a Mitrídates. En su tercera campaña fue vencido por Pompeyo (Cneo Pompeyo) y arrojado de su imperio, que se convirtió en provincia romana.
Cuando hacía preparativos para levantar otro ejército contra Roma, se sublevaron sus propias tropas. Temiendo que lo apresaran, ordenó a un soldado que le diera muerte. Roma respiró con mayor tranquilidad cuando llegó la noticia de su desaparición.
A pesar de sus tendencias a la barbarie, Mitrídates admiraba la civilización griega, cuyas artes llevó a su país. Tenía aguda inteligencia y se dice que hablaba 22 idiomas.
No se lo debe confundir con Mitrídates II, de Partía (120-88 a. de J.C.) a quien también se llamó el Grande. Fue un rey que pronto se alió con Roma. Su fama se remonta a la salvación de Partía de una invasión lanzada por los sacas (escitas orientales) y a la abrumadora derrota que infligió al rey de Armenia.
El más renombrado de ellos fue Mitrídates VI el Grande, rey del Ponto (país antiguo al NE. de Asia Menor), cruel monarca asiático que estuvo a punto de vencer a Roma. En las obras literarias latinas su nombre se incluye con respeto y temor. Asumió el trono a temprana edad y pronto se hizo temer en todo el mundo civilizado por su carácter sanguinario. Asesinó a su madre y hermano por conspirar en su contra para despojarlo del trono.
Constante enemigo de Roma, le hizo la guerra en tres ocasiones entre 88 y 65 a. de J.C. Muchos millares de ciudadanos romanos encontraron la muerte en estas luchas antes de que Roma lograra derrotar definitivamente a Mitrídates. En su tercera campaña fue vencido por Pompeyo (Cneo Pompeyo) y arrojado de su imperio, que se convirtió en provincia romana.
Cuando hacía preparativos para levantar otro ejército contra Roma, se sublevaron sus propias tropas. Temiendo que lo apresaran, ordenó a un soldado que le diera muerte. Roma respiró con mayor tranquilidad cuando llegó la noticia de su desaparición.
A pesar de sus tendencias a la barbarie, Mitrídates admiraba la civilización griega, cuyas artes llevó a su país. Tenía aguda inteligencia y se dice que hablaba 22 idiomas.
No se lo debe confundir con Mitrídates II, de Partía (120-88 a. de J.C.) a quien también se llamó el Grande. Fue un rey que pronto se alió con Roma. Su fama se remonta a la salvación de Partía de una invasión lanzada por los sacas (escitas orientales) y a la abrumadora derrota que infligió al rey de Armenia.
Jerjes I, rey de los persas
Darío, el padre de Jerjes, había intentado conquistar Grecia y fracasó. Jerjes se propuso vengar la derrota de su padre. Ganó la famosa e histórica batalla de las Termopilas, a pesar de la heroica resistencia de los griegos. Pero poco después sufrió una terrible derrota en la batalla de Salamina. El ejército se quedó sin provisiones y se vio obligado a retirarse. Jerjes abandonó entonces el proyecto de conquistar Grecia.
Carlomagno
Desde los tiempos de Meroveo —a mediados del siglo V— la primera dinastía de los francos se mantuvo en el poder durante 300 años.
Sin embargo, los últimos reyes merovingios fueron tan negligentes que todo el gobierno dejaban en manos del Mayordomo de Palacio (major domus: mayor de la casa), cargo que se hizo hereditario y que llegó a tener prácticamente la autoridad del monarca.
Uno de esos mayordomos, Pipino el Breve (así llamado por su escasa talla), consultó al Papa si le parecía justo que quien verdaderamente gobernaba el reino no fuese rey.
—"Lo justo es llamar rey al que ejerce dicha autoridad y no a quien carece de ella", repuso el Pontífice. Entonces Pipino mandó tonsurar y encerrar en un monasterio al último rey merovingio, y él se hizo proclamar Rey de los francos en el año 751. Poco después el Papa lo consagró "Rex Dei Gratín" (rey por la gracia de Dios), invistiéndolo con derecho divino.
De este modo se creó la dinastía carolingia, que transformó la Galia en Francia, a lo largo de dos reinados: el de Pipino el Breve y el de su hijo Carlomagno (Carlos el Grande), que verdaderamente fue el más grande de los monarcas medievales, y para algunos "el padre de Europa".
Sin embargo, los últimos reyes merovingios fueron tan negligentes que todo el gobierno dejaban en manos del Mayordomo de Palacio (major domus: mayor de la casa), cargo que se hizo hereditario y que llegó a tener prácticamente la autoridad del monarca.
Uno de esos mayordomos, Pipino el Breve (así llamado por su escasa talla), consultó al Papa si le parecía justo que quien verdaderamente gobernaba el reino no fuese rey.
—"Lo justo es llamar rey al que ejerce dicha autoridad y no a quien carece de ella", repuso el Pontífice. Entonces Pipino mandó tonsurar y encerrar en un monasterio al último rey merovingio, y él se hizo proclamar Rey de los francos en el año 751. Poco después el Papa lo consagró "Rex Dei Gratín" (rey por la gracia de Dios), invistiéndolo con derecho divino.
De este modo se creó la dinastía carolingia, que transformó la Galia en Francia, a lo largo de dos reinados: el de Pipino el Breve y el de su hijo Carlomagno (Carlos el Grande), que verdaderamente fue el más grande de los monarcas medievales, y para algunos "el padre de Europa".
La leyenda de Rómulo y Remo
LOS LEGENDARIOS FUNDADORES DE ROMA
De acuerdo con una famosa leyenda, el príncipe troyano Eneas, sobreviviente de la ciudad de Ilión, había llegado, después de muchas aventuras, a las costas del Lacio.
Allí se había establecido, después de haberse casado con la hija del rey Latino. El hijo de Eneas fundó la ciudad de Albalonga, capital de los latinos, y se convirtió en su rey. Transcurrieron cuatro siglos; ocho generaciones de soberanos se sucedieron en la ciudad, hasta que, hacia el siglo VIII a. de J. C., se hallaba en el trono el rey Numitor.
Éste tenía un hermano, Amulio, quien lo despojó del trono. Numitor tenía una hija, Rea Silvia; para que ésta no pudiese tener hijos, que habrían podido destronarlo, Amulio la obligó a convertirse en sacerdotisa del templo de Vesta. Pero el dios Marte se desposó secretamente con Rea Silvia, que fue madre de dos gemelos. Cuando Amulio se enteró de este hecho, ordenó que Rea Silvia fuese sepultada viva, y los dos gemelos ahogados en el río Tíber. Pero un criado piadoso colocó los gemelos en un canasto, abandonándolos a las olas. La frágil embarcación encalló pronto en la orilla y los gritos de los dos pequeños llamaron la atención de una loba que vivía en la selva vecina. La fiera, en vez de devorarlos, los amamantó y los cuidó.
En recuerdo de este hecho el escudo de Roma lleva, precisamente, una loba que amamanta a dos niños; alguna otra leyenda dice, sin embargo, que se trataba de una mujer a quien se había apodado Loba.
Recogidos luego por un pastor, Faustolo, los dos gemelos crecieron robustos y valientes. Llegados a hombres, descubrieron el secreto de su origen; con un grupo de compañeros regresaron a Albalonga, asesinaron al usurpador y liberaron al viejo Numitor, su abuelo, reponiéndolo en el trono. Luego decidieron fundar una nueva ciudad, cerca del río del cual habían sido salvados.
De acuerdo con una famosa leyenda, el príncipe troyano Eneas, sobreviviente de la ciudad de Ilión, había llegado, después de muchas aventuras, a las costas del Lacio.
Allí se había establecido, después de haberse casado con la hija del rey Latino. El hijo de Eneas fundó la ciudad de Albalonga, capital de los latinos, y se convirtió en su rey. Transcurrieron cuatro siglos; ocho generaciones de soberanos se sucedieron en la ciudad, hasta que, hacia el siglo VIII a. de J. C., se hallaba en el trono el rey Numitor.
Éste tenía un hermano, Amulio, quien lo despojó del trono. Numitor tenía una hija, Rea Silvia; para que ésta no pudiese tener hijos, que habrían podido destronarlo, Amulio la obligó a convertirse en sacerdotisa del templo de Vesta. Pero el dios Marte se desposó secretamente con Rea Silvia, que fue madre de dos gemelos. Cuando Amulio se enteró de este hecho, ordenó que Rea Silvia fuese sepultada viva, y los dos gemelos ahogados en el río Tíber. Pero un criado piadoso colocó los gemelos en un canasto, abandonándolos a las olas. La frágil embarcación encalló pronto en la orilla y los gritos de los dos pequeños llamaron la atención de una loba que vivía en la selva vecina. La fiera, en vez de devorarlos, los amamantó y los cuidó.
En recuerdo de este hecho el escudo de Roma lleva, precisamente, una loba que amamanta a dos niños; alguna otra leyenda dice, sin embargo, que se trataba de una mujer a quien se había apodado Loba.
Recogidos luego por un pastor, Faustolo, los dos gemelos crecieron robustos y valientes. Llegados a hombres, descubrieron el secreto de su origen; con un grupo de compañeros regresaron a Albalonga, asesinaron al usurpador y liberaron al viejo Numitor, su abuelo, reponiéndolo en el trono. Luego decidieron fundar una nueva ciudad, cerca del río del cual habían sido salvados.
¿Quiénes eran los Caballeros de la Tabla Redonda?
Uno de los personajes más atractivos de la historia de Inglaterra es sin duda el legendario rey Arturo, del cual hemos llegado a saber vida y milagros a pesar de que seguramente no existió jamás. Todas las leyendas referentes a este rey ejemplar están probablemente basadas en la vida de un individuo real, un guerrero, que a principios del siglo VI dirigió a los ejércitos británicos que se consideraban poseedores de la ciudadanía romana, contra los invasores anglosajones capitaneados por un tal Medraut. Ambos líderes murieron en la batalla de Camlann.
Origen de los títulos nobiliarios
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