Cualquier cosa que la gente hace que involucre quemar cosas (combustión), como el usar químicos domésticos o industriales (sustancias que causan reacciones químicas y pueden liberar gases tóxicos en el proceso), o el producir grandes cantidades de polvo tiene el potencial de contaminar el aire. Durante la Revolución Industrial la causa de la mayor parte de la contaminación atmosférica eran las fábricas sucias. Hoy en día, las leyes contra la contaminación del aire son más estrictas, la mayor conciencia ambiental y las campañas decididas organizadas por las comunidades locales hacen que sea mucho más difícil -aunque de ninguna manera imposible- que las fábricas contaminen en naciones postindustriales como Estados Unidos y Gran Bretaña.
¿De dónde viene entonces la contaminación atmosférica moderna? Hoy en día, con diferencia, el mayor culpable es el tráfico, aunque las centrales eléctricas y las fábricas siguen aportando una importante contribución al problema. Pero antes de empezar a culpar a otros por la contaminación del aire, recordemos una cosa muy importante: la mayoría de nosotros conducimos (o viajamos en) automóviles, usamos electricidad y compramos bienes fabricados en fábricas. Si estamos señalando con el dedo, al final tendremos que apuntarnos a nosotros mismos.
