Hay que distinguir entre un castillo y otro. En los primeros tiempos, los castillos consistían, simplemente, en una torre única, generalmente cuadrada. En la planta baja estaban los almacenes con los víveres. En el primer piso una amplia habitación donde el señor, su familia, su mesnada y los huéspedes, se reunían, comían y dormían. La mesa del señor y sus familiares se encontraba sobre una tarima, para que desde allí pudiera "dominar" el local. Los otros comían en largas mesas, sentados sobre simples bancos. Cuando llegaba la hora de dormir se colocaban biombos. Solo el castellano tenia una habitación privada en el piso superior. Esta promiscuidad, que hoy sería tan fastidiosa, en aquella época era un signo de señorío. En cada piso había, pues, una sola habitación, y se subía y bajaba de una a otra mediante rampas y escaleras de caracol o de sogas.
Estos castillos eran muy numerosos en Francia, Alemania e Inglaterra, en los siglos XI y XII. Su moblaje era muy simple, y nada ha quedado de él. Los edificios mismos, que en los primeros tiempos eran de madera, en su mayor parte se han destruido.