En el interior de los riñones hay tres conductos que se adhieren a un costado de cada órgano. Estos son:
1) Una arteria, que lleva sangre al riñon, para filtrarla.
2) Una vena, que se lleva del riñon la sangre filtrada.
3) Un tubo de drenaje, para recoger la orina que resulta de la filtración y transportarla a la vejiga.
Su "carne" es de color rosado y contiene una cavidad de forma extraña, sitio en que se forma la orina. La carne consiste de aproximadamente un millón de unidades filtradoras, llamadas nefronas.
Cada nefrona es un diminuto tubo, que mide unos cuantos centímetros de largo, y se extiende desde la parte exterior del riñon, en donde se encuentran las unidades filtradoras, hasta la cámara recolectora en el interior.
En su curso la nefrona se dobla en ángulo recto sobre si misma. El extremo exterior de cada nefrona está envuelto por un pequeño núcleo de capilares, sumamente permeables. El agua y las sustancias disueltas gotean constantemente, de la corriente sanguínea al interior de cada una de las nefronas.