El panteísmo, palabra que tiene su origen en dos voces griegas que significan todo y Dios, posee remotos precedentes ya en la antigüedad, pero su estructuración como sistema filosófico se debe principalmente a un holandés nacido en Amsterdam, en 1632, llamado Baruch Spinoza. Procedía de una familia judía que había emigrado de Portugal a los Países Bajos. Las teorías de Spinoza pronto despertaron perplejidad no solo en medios ajenos al judío, sino también en este. Por sus «horrendos errores», Spinoza fue expulsado de la sinagoga y soporto múltiples enfrentamientos con las autoridades de Amsterdam. Vivió siempre solitario y receloso, rodeado de muy pocos y escogidos amigos, y cuando le ofrecieron un puesto como profesor en la Universidad de Heidelberg, lo rechazo por temor a que no se le permitiera ensenar en completa libertad. Se ganaba la vida como pulidor de lentes y fue en sus ratos de ocio cuando elaboro sus teorías, que sentaron las bases para una nueva concepción del mundo. En contra del teísmo predominante hasta entonces, que considera a Dios como un ente personal distinto del mundo, el panteísmo identifica a Dios con el todo. Esta unidad Dios-Universo es lo que se llama Substancia, que es absolutamente infinita y que por ello posee atributos también infinitos algunos de los cuales nos son conocidos, como el pensamiento (mundo espiritual) y la extensión (mundo material). Estos dos atributos se dan también en el hombre, que sin embargo vive dominado por una serie de pasiones hasta que, a través de la inteligencia, llega a conocerse a si mismo y luego a Dios. Conocer a Dios es amarle, y cuando el hombre alcanza este amor intelectual a Dios, se ele-va por encima de su propio ser y se inmortaliza.
Spinoza desarrolla su sistema panteísta en su obra Ética. Sus teorías, pese a los ataques que sufrieron en su época, fueron seguidas por un reducido grupo de discípulos en Holanda y posteriormente, con el auge del Romanticismo, serian apreciadas por hombres como Goethe, Schelling y Hegel. La Ética, que fue publicada después de la muerte de su autor, comprende cinco partes: la primera trata de Dios; la segunda, de la naturaleza de la muerte; la tercera, de la naturaleza de las emociones; la cuarta, de la servidumbre del ser humano, y la quinta, de la fuerza de la inteligencia o libertad del hombre. Spinoza, que paso los últimos anos de su vida en La Haya, murió en dicha ciudad en 1677.