Al árbol "ginkgo" se le conoce generalmente en América como "Cabello de Ángel". Sus hojas tienen forma de abanico. A pesar de que es un pariente lejano de los pinos y abetos, no permanece siempre verde: su follaje se vuelve amarillo y se cae durante el otoño.
El fruto del ginkgo es de un olor desagradable; sin embargo, su semilla es comestible y tiene un sabor exquisito.
Este árbol ha vivido sobre la tierra desde hace muchísimos años. El ginkgo de nuestros días es casi idéntico a sus antepasados de hace diez millones de años.
El ginkgo formó parte de una especie numerosa, pero todos sus parientes han desaparecido. Y con toda seguridad se hubiera extinguido, si los chinos y japoneses no lo hubiesen sembrado como adorno en los jardines de sus templos, por considerarlo un árbol sagrado.
Hoy en día, la mayor parte de estos árboles se usan como adorno de parques y jardines.