ENTRE los misterios más apasionantes que la arqueología ha de resolver, figuran los que se refieren al origen y el significado de los monumentales megalitos (del griego "megas", grande; y "lithos", piedra), existentes en Carnac (Bretaña, Francia) y Stonehenge (Gran Bretaña). Megalitos son monumentos prehistóricos construidos con piedras gigantescas. De los hombres que los construyeron no queda ningún otro vestigio de su vivir cotidiano, salvo estas estructuras y algunos enseres de pedernal.
EL "TEMPLO" DE STONEHENGE
Observando la reconstrucción de las gigantescas ruinas de Stonehenge se ve que el "templo" consistía en una muralla exterior de treinta monolitos (del griego "monos", único y "lithos", piedra coronados y unidos por grandes piedras a manera de arquitrabe. En el interior se levanta un segundo cerco de cuarenta piedras, más pequeñas, llamadas por los arqueólogos "piedras foráneas". Estas piedras pertenecen, en efecto, a una variedad de roca inexistente en la zona donde se levanta el monumento, y el sitio mas cercano donde existen se encuentra nada menos que a 300 Km. de distancia. Los arqueólogos, ante la imposibilidad de justificar de otro modo la titánica empresa de transporte, han formulado la siguiente hipótesis: Los antiguos constructores habrían residido originalmente en la zona de la cantera y levantado allí su primitivo "templo". Luego, al verse obligados a emigrar, por motives ignorados, no quisieron abandonar estas piedras santificadas y las llevaron a sus nuevas moradas. Se intentó, por supuesto, responder mediante esta teoría al porque de semejante empresa, sin poder aclarar, sin embargo, como pudieron hacerlo aquellos hombres prehistóricos.