Una leva es un resalto o diente incorporado a una pieza, que suele ser un eje, y que transforma el movimiento de rotación de éste en un movimiento rectilíneo alternativo de la pieza que acciona. En ocasiones se montan una serie de levas sobre un mismo eje, como en el caso del árbol de levas, que sirve para regular el movimiento de una serie de válvulas. El árbol de levas de un automóvil está dispuesto paralelamente al cigüeñal, que por medio de un juego de piñones (el engranaje de distribución) lo impulsa a la mitad de la velocidad. Las levas están dispuestas sobre el eje motor del tal modo que, cuando éste gira, la leva correspondiente a cada válvula —de admisión y de escape— la abre o la cierra según el orden de las operaciones del ciclo de cuatro tiempos. En general, sólo se emplea un árbol de levas, pero, en el caso de motores que funcionan a un régimen muy elevado de revoluciones —como en algunos motores de competición—, pueden utilizarse dos. En los que tienen un solo árbol, el descenso de las válvulas se efectúa por medio de muelles, lo cual resta precisión al mecanismo. En los que adoptan dos, uno eleva las válvulas y el otro las hace descender.
El árbol puede estar colocado de diversas maneras. En algunos motores está situado encima de los cilindros y acciona directamente las llamadas válvulas en cabeza. El engrase se efectúa por una derivación del engrase general del motor. Entre los diferentes órganos del coche existen otros ejes equipados también con levas: en especial los que accionan las bombas de gasolina, ciertos tipos de bombas de aceite, etc.