Entre Trieste y Liubliana, bajo la meseta de la Pivka y en el subsuelo calcáreo de aquella zona yugoslava, excavado y roído como un queso de Gruyere, se extienden las vastas grutas de Postojna.
Sin duda, la meseta yugoslava de la Pivka es la región europea más rica en grutas subterráneas. Las de Postojna, en número no inferior a las 2 000. unidas entre sí por pasillos naturales, permiten llevar a cabo un viaje turístico bajo tierra de 15 kilómetros, la primera parte del trayecto en un pequeño ferrocarril. En el interior de las grutas, la temperatura es de 8 °C, lo mismo en verano que en invierno. A la entrada de las mismas se alquilan ropas de abrigo. No son accesibles las peligrosas galerías excavadas por las diversas corrientes de agua, una de las cuales, el Timavo recorre más de 40 kilómetros bajo tierra antes de reaparecer en la superficie.